Limpiar los nichos, adecentar el entorno de una tumba y, por supuesto, adornar el enterramiento con flores son compromisos que los familiares y amigos tienen con sus seres queridos en estas fechas de Todos los Santos y Difuntos.
Es precisamente por esto, que las floristerías viven estos días unas largas jornadas de trabajo  que convierten este próximo festivo en una de las citas más importantes para el sector.

Sin embargo, si antes solo se compraban flores en establecimientos propios como las floristerías, ahora son muchos los puntos de venta que disponen de flores para salir del paso en estas fechas, desde supermercados a hipermercados, cooperativas agrarias, etc. Este es un handicap con el que tienen que enfrentarse las floristerías, por lo que hoy por hoy, y más allá de la venta de flores de calidad, variadas y específicas de la fecha, centran sus trabajos en ramos y adornos florales para cementerios que van más allá de la simple flor.

Es un trabajo profesional que hace, evidentemente, que los precios puedan elevarse a partir de 50 euros, pero que muchos aprovechan para honrar a sus muertos, con este “regalo especial” que diferencia la decoración de la del resto del año.
Como recuerda la maestra floral Patricia Serantes, los establecimientos pequeños deben competir con grandes superficies y por eso, en este caso, esta profesional no ha dudado en contratar vallas para reservar cinco plazas de aparcamiento par sus clientes y que puedan acercarse al local (La Ilusión) a recoger sus compras.

Los crisantemos, que en esta época están en plena floración, es la especie asociada al día de Difuntos y también la que los clientes continúan prefiriendo. Hay varios tipos de crisantemos y los pompones son de los más demandados, aunque también los más abiertos, tipo margarita, en diferentes colores.

Además del crisantemo es la rosa la flor más buscada en estas fechas por quienes quieren diferenciar la fecha de Difuntos de las de otras visitas.

La demanda de producto hace que muchas floristerías opten por cerrar los encargos con bastante antelación. No es el caso de LaIlusión, donde el limite de ventas está solo en lo que el cupo de sus manos dé hecho, por eso intentan atender a todo cliente, eso sí, en ocasiones no se puede para el mismo día pero sí para que nadie se quede sin celebrar con sus muertos Todos los Santos o Difuntos.

Lo que más trabajo lleva es, evidentemente, el adorno de jardineras o centros para los cementerios, pero es ahí donde la profesionalidad y el buen hacer de los maestros florales diferencia al sector del “intrusismo” que, como explica Patricia Serantes, es cada vez más frecuente, tanto en ceremonias como en festividades que requieren de adornos florales. No es cuestión de tirar los precios, porque la formación del profesional tiene que hacer valer.

El cliente debe tener en cuenta que, como en toda materia, los que saben de lo suyo son los profesionales y en este caso el florista es el que mejor servicio presta.