El negocio de los cruceros sigue recuperándose, como pudo comprobarse ayer en la ciudad naval, donde se dio la bienvenida al “Seabourn Ovation”, cuarto navío turístico de la temporada y el tercero en recalar en Curuxeiras en menos de una semana. En oposición al “Fridtjof Nansen”, llegado a Ferrol el pasado día 21, este enorme buque, con 210 metros de eslora y capacidad para alojar a 600 viajeros –más 420 tripulantes–, no nació con el objetivo de potenciar un turismo de naturaleza y aventura o ayudar a la investigación, sino con el de ofrecer todo el lujo posible mientras se atraviesan los mares.
Así, el crucero, que llegó a primera hora de la mañana y abandonó la ciudad poco después de las seis de la tarde, cuenta con unas 300 suites, todas ellas con su propio balcón, además de tres restaurantes especializados al margen del propio del navío –uno de sushi, un grill para los amantes de las barbacoas y un tercero más reservado para ocasiones especiales–, varios bares, piscinas e incluso un club. Un detalle único de este buque es su colección de arte, con más de 1.600 piezas de 120 creadores de todo el mundo.
En cuanto a la ruta –el crucero cuenta con múltiples a lo largo de todo el planeta–, el barco partió del puerto de Dover, tras ser trasladado desde Bermuda, el pasado día 23, recalando antes de llegar a la ciudad naval en los puertos galos de Cherbourg y Saint Malo. Según su plan de escalas en el portal Vesselfinder, el “Ovation” llegará hoy a Gijón.