Pese a que se hizo público en los últimos días, no será hasta el próximo mes de junio cuando Francisco Vizoso (64 años) recoja el reconocimiento otorgado –por unanimidad– por la corporación municipal de Gijón que lo distingue como hijo adoptivo de la ciudad. Desde el Concello asturiano consideran que este residente en Maniños –al menos cada fin de semana, cuando viaja para estar con su esposa– ha conseguido posicionar a la urbe como uno de los referentes en la investigación de las células madre, gracias al trabajo de investigación que realiza en el Hospital de Jove.
¿Qué supone para usted recibir un reconocimiento de este tipo?
Un honor absolutamente impresionante. Es algo que todavía no lo he digerido. Creo muy sinceramente que más que un reconocimiento es una responsabilidad como gijonés o hijo adoptivo de una ciudad tan importante. Es donde he trabajado unos 30 años aproximadamente y donde he tenido el honor de servir a la gente con mi puesto de médico, de cirujano. Además, durante prácticamente toda mi carrera, también me he dedicado a la investigación. Colgaba la bata de tratar a los pacientes y me ponía la de laboratorio.
¿Cuál es su visión de esa urbe que ahora le otorga esta distinción?
Me parece que es una ciudad fenomenal, extraordinaria. El paisaje es impresionante. La gente de Gijón creo que tiene tres características que la definen: una es el trabajo, son muy trabajadores; la alegría de vivir, existe una alegría de vivir, como decía mi abuela, “son los andaluces del norte” (en el buen sentido siempre, por supuesto); y luego la gran solidaridad social.
¿En qué se centra actualmente su trabajo?
En un principio me centré mucho en el cáncer de mama. He realizado en torno a unos 10 o 12 proyectos financiados por el Ministerio de Sanidad centrados en esta enfemedad tan importante e, investigando una posible alternativa de tratamiento para el cáncer de mama, encontramos en nuestro laboratorio un tipo de células madre muy especial en el cuello uterino, que tienen propiedades antitumorales. En este momento estamos culminando un proyecto sobre el potencial de estas células para tratar el cáncer de mama. Hemos visto que tienen una capacidad muy importante no solamente antitumoral sino también antiinflamatorio. Recientemente publicamos un trabajo en la revista “Pharmaceutic”, donde este producto, aplicado en ratones con colitis, se curaban. También hemos realizado importantes investigaciones para sanar las úlceras de los ojos, de momento haciendo estudios en animales. Actualmente estamos siguiendo las directrices la Agencia del Medicamento y trabajando ya para aplicarlo en fase clínica, a humanos. También estamos investigando su aplicación en odontología para la regeneración dental y hemos visto que tiene un poder antimicrobiano y contra los hongos cándida. En definitiva, se abre una nueva vía de tratamiento en medicina regenerativa. Creo que fuimos los primeros del mundo en usar este tipo de procedimiento. Es la innovación más importante que hemos realizado durante la investigación.
Para llegar hasta ese punto supongo que se habrá encontrado con bastantes obstáculos...
Cuando publicamos los primeros resultados y realizamos la patente surgió la creación de la Fundación para la investigación con células madre uterinas, integrada por gente extraordinaria de Gijón y que nos ha ayudado a conseguir ayudas públicas, que en España son limitadas. No es un país que se caracterice por invertir mucho en investigación. Pero a través de este apoyo social tan importante y solidario, pues hemos conseguido los recursos para desarrollar todas estas investigaciones. Podemos decir y estamos orgullosos de ello, de decirlo, que hemos conseguido abrir (nos queda mucho camino por recorrer) nuevos horizontes, nuevas alternativas para curar las enfermedades.
¿Tiene pensado regresar de forma definitiva, a corto plazo, a Fene?
Yo me fui de una tierra, Galicia, Maniños, Fene (que amo profundamente), a otra para trabajar. Fui acogido de una forma extraordinaria, empaticé totalmente con el ambiente y la sociedad de Gijón y fruto de ello, pude desarrollarme científica y profesionalmente. Mi intención es terminar allí mi carrera profesional.
Si tuviese que quedarse con un sitio de Gijón, ¿con cuál sería?
Me gusta todo. Allí hay una alegría de vivir... Pero sí puedo decirte que me gustan mucho los jardines del parque Isabel La Católica. Voy allí a meditar y a pensar en cosas de la medicina. También me gusta pasear por el famoso muro de Gijón, la zona del Molinón o el Jardín Botánico. Soy un aficionado a la botánica; de hecho, aquí en Maniños, hemos creando un pequeño jardín, en el que tenemos 104 variedades de camelia. Requieren de una atención constante y mucha de la cirugía científica que hoy es leída en artículos por miles de investigadores del mundo se ha escrito aquí, en Maniños, los fines de semana o en vacaciones, rodeados de los arboles y de los seres queridos. Me resulta muy complicado disociar ambos mundos: Galicia o Asturias. Es muy difícil separar algo que llevas en el alma.