Árboles, plazas, fuentes y esculturas componen el mayor parque municipal de la ciudad de Ferrol. Su fisonomía ha ido cambiando con el tiempo y desde la eliminación de su cierre perimetral, abriendo el espacio a su integración en la trama urbana de la urbe, se ha convertido en un espacio diáfano y apetecible para el paseo y disfrute de visitantes y residentes en Ferrol. Sin embargo su mantenimiento ha sido siempre una losa para las corporaciones, dada la magnitud de su espacio y la cantidad de elementos de los que dispone. El vandalismo no ha hecho sino contribuir a un deterioro que se ha ido paliando con reparaciones puntuales.
Uno de sus más importantes elementos, que preside la plaza flanqueada por bustos de personajes ilustres –la mayoría ferrolanos– es la fuente Wallace.
Aunque este elemento ornamental no es único y se cuenta con otras reproducciones por todo el mundo de la famosa fuente francesa, la de Ferrol es uno de los primeros ejemplares y el modelo grande de la misma, diseñada por el escultor francés Charles-Auguste Lebourg, promovida por Sir Richard Wallace y fabricada a partir de 1872 por la fundición Val DÓsne, con el objetivo inicial de suministrar agua potable a la ciudad de París.
El ejemplar ferrolano fue adquirido en la Exposición Universal de París del año 1889 –donde fue premiada con la mención de honor en el concurso de oficios artísticos– por el ferrolano Juan Romero Rodríguez, que nunca la llegó a colocar en una de sus propiedades y la donó al Concello. Pasó por diferentes ubicaciones hasta presidir una de las plazas del parque municipal Reina Sofía, donde el paso del tiempo ha hecho mella en su aspecto y funcionamiento –sistema de canalización de agua estropeado, oxidación y pérdida de su recubrimiento pictórico– hasta llamar la atención de la Asociación Cultural Ferrolterra Antiga que aboga ahora por su catalogación y la recuperación de su aspecto original.
De este modo, la entidad, y en su nombre Antonio Casal Velázquez, se ha dirigido en un escrito tanto al alcalde, José Manuel Rey, como a la concejala de Patrimonio Histórico, Maica García Fraga, exponiendo el valor histórico de la fuente, el estado en el que se encuentra, y solicitando que se gestione y acometa la restauración de la misma. Pide así que se traten las partes afectadas por el óxido, se proceda a la limpieza del conjunto y se pinte la fuente.
Del mismo modo, proponen también que se recupere el suministro de agua original, por el surtidor superior, sustituyéndose o, en todo caso, eliminándose, la actual averiada canalización periférica.
Protección
La importancia de esta fuente como elemento histórico también lleva a que la asociación cultural ferrolana plantee al Concello de Ferrol la posibilidad de que la fuente Wallace se incorpore al catálogo de bienes de interés del PXOM –Plan Xeral de Ordenación Municipal– y se le otorgue, de este modo, la oportuna protección.
Aunque la petición de la entidad Ferrolterra Antiga se centra en la fuente de origen parisino, lo cierto es que apunta a la necesidad de ampliar los trabajos de mantenimiento a todo el parque municipal, al tiempo que reclama al ejecutivo local que se trabaje en favor de la restauración, revalorización y preservación del patrimonio cultural con el que cuenta la ciudad.
La fuente Wallace de Ferrol no es única, pero casi. Aunque España es el país del mundo que más posee tras Francia, tan solo existen fuentes Wallace en Barcelona, en San Sebastián y en Ferrol.
En el caso de Barcelona, fueron un regalo que el propio Richard Wallace entregó al alcalde Rius y Taulet, a causa de la Exposición Universal de 1888. Las de San Sebastián fueron compradas al final del siglo XIX, con la intención de colocarlas en el Paseo de la Concha, mientras que la de Ferrol fue adquisición de Romero y donada al Concello.
Aunque existen modelos “adosados”, la de Ferrol pertenece al más grande –2,71 metros de altura y más de 600 kilogramos de peso–, con sus cuatro cariátides de brazos alzados sosteniendo una cúpula sobre sus cabezas. Las figuras femeninas representan cuatro virtudes y cuatro estaciones: la Bondad (el invierno), la Simplicidad (la primavera), la Caridad (el verano) y la Sobriedad (el otoño).
La importancia de las fuentes Wallace queda demostrado con la existencia de una asociación en París, centrada exclusivamente en estos monumentos, la Societé des Fontaines Wallace.
Precisamente esta entidad –cuyo uno de sus fines es educar a un público internacional sobre las fuentes y generar un mayor número de personas dedicadas a su supervivencia– ha manifestado en un escrito firmado por la presidenta de la entidad, Barbara Lambesis, su apoyo a la restauración de esta fuente ferrolana, indicando, además, que “vuestra ciudad, Ferrol, posee una de las pocas fuentes Wallace de fundición temprana que aún se conservan y es
un tesoro que merece ser preservado, restaurado y protegido para las generaciones futuras”.
La presidenta de la Société des Fontaines Wallace hace historia y recuerda que “en una época
en la que era difícil para los pobres y la clase trabajadora obtener agua potable en París, Sir
Richard Wallace, un inglés, creó y donó 50 fuentes de agua potable a la ciudad de París en 1872, asegurando que todos, ricos y pobres por igual, tuvieran acceso igualitario al agua potable”. No se quedó solo en crear fuentes sino que hizo “obras de arte hermosas, duraderas e inspiradoras. Las fuentes Wallace están cubiertas de símbolos de la mitología, el cristianismo y la naturaleza, y estos símbolos tenían como objetivo
nutrir el alma mientras el agua de la fuente calmaba la sed”.
Por estas razones, desde la entidad francesa apoyan la iniciativa de la Asociación Cultural Ferrolterra Antiga y también reclaman que “se reconozca la importancia histórica, cultural, social y artística de su fuente y se tomen medidas para restaurarla ypreservarla para el beneficio de las generaciones futuras”.
La mejora del parque municipal Reina Sofía pasa por la conservación de sus elementos más característicos y en este sentido, en los últimos años se han recuperado otras esculturas, como los bustos de la misma plaza de la fuente Wallace, y se han restaurado los dañados.
Con respecto a la petición formulada por la Asociación Ferrolterra Antiga, desde la administración local se indica que en estos momentos, la solicitud todavía no ha llegado al área de Patrimonio Histórico, al frente de la que se encuentra la concejala Maica García.
De todos modos, explican desde el Concello que una vez que sean trasladadas las demandas estas serán estudiadas con el objetivo de poder llevar a cabo actuaciones que sean necesarias para el mantenimiento y conservación de la fuente.
La fuente Wallace se halla en un espacio central flanqueada por las esculturas de personajes ilustres. Los bustos pasaron por muy malos momentos, desapareciendo varios de ellos y siendo objeto de actos vandálicos, pero poco a poco han ido recuperando, dentro de lo posible, su esplendor, aunque la mayoría de ellos ya no son como los originales. La empresa Galicia Proarte fue la encargada de una de las últimas rehabilitaciones, la del busto de Concepción Arenal, acometido hace un par de años.
La misma firma que se encargó de recuperar la escultura de los Toros Ibéricos de la plaza de Armas fue también la encargada de restaurar una dañada Concepción Arenal de mármol que tras caer de su pedestal se separó la cabeza del busto. Se recuperó en este caso adecuando el material original que es mármol, ya que la mayoría de los demás bustos son de cemento pintado de blanco. La figura de Bello Piñeiro también desapareció en su momento y tuvo que volver a elaborarse. Se cuenta así de nuevo con las ocho esculturas que integran la zona de figuras ilustres, rodeando a la también ilustre fuente Wallace.
Más allá del arte escultórico del parque, el Concello afronta ahora una de sus actuaciones más demandadas para recuperar la importancia del Reina Sofía: la intervención en el parque didáctico Aquaciencia, en el que también será preciso recuperar elementos y mejorar su aspecto, una actuación que ya sido adjudicada, que realizará la empresa Sergonsa y que tiene un coste de 120.000 euros. La obra incluye, entre otros aspectos, arreglar las calles peatonales, el muro norte y la casa de los patos, además de limpiar la maleza de unas instalaciones que, en su día, fueron punto de referencia de visitas.