Gema Castillo: “Después de vivir en África ves las cosas de otra manera”

Gema Castillo: “Después de vivir en África ves las cosas de otra manera”
Gema Castillo, en la sede ferrolana de Manos Unidas | jorge meis

Manos Unidas estrena el domingo la campaña solidaria de 2023, “Frenar la desigualdad está en tus manos”. El testimonio de mujeres como Gema Castillo, que ha vivido en México y el Congo, da fe de la utilidad de las donaciones.

 

El título de la campaña de Manos Unidas, “Frenar la desigualdad está en tus manos”, apela a la acción individual.
 

La desigualdad es realmente una vergüenza, el hambre que hay en el mundo sabiendo que hay alimentos para todos. Se nos invita a que depende de cada uno, a que está en nuestras manos el que esta situación cambie.

 

A lo largo del año se realizan actividades para recaudar fondos. ¿Para qué sirve la ayuda? ¿Cómo repercute en lugares en los que ha vivido como México o el Congo?
En el Congo, Manos Unidas nos ha financiado unos pabellones del colegio y también un dispensario, una maternidad. El dinero llega, lo más claro de Manos Unidas es que el dinero llega. Teníamos un colegio chiquito en Likasi que ahora es grande, con muchos alumnos, el dispensario y la maternidad, que es una maravilla, viene gente incluso de los pueblos de alrededor.

 

¿La salud de mujeres y niñas está atendida?
Pues no, ni la salud, ni la educación, la verdad es que todo está bastante precario.

 

También en México estuvo dedicada a la educación.
Sí pero la realidad es diferente, no tiene nada que ver. Vas a México y tampoco hay tanta diferencia con Europa. Vas al Congo y aquello es otro mundo, todo, las carreteras, las calles, las viviendas, la educación. La educación no es gratis en el Congo, los profesores no son pagados por el gobierno, los padres se pusieron de acuerdo al ver que los hijos iban a quedarse sin educación. Eso me impresiona, aunque no tengan ni para comer, pagan un poquito para que los profesores puedan tener un sueldo.

Es una vergüenza el hambre que hay en el mundo sabiendo que hay alimentos para todos. Está en nuestras manos que esta situación cambie

 

El Congo es un país de gran riqueza pero asolado por la guerra, un paradigma de desigualdad.
Es un escándalo, un escándalo geológico y un escándalo humano porque es un país superrico en diamante, en oro, en coltán. El 80% de la producción mundial de coltán se encuentra en el Congo y es su mayor desgracia.

 

¿Percibía usted la guerra?
Nosotras solo las consecuencias porque es muy grande. La zona más conflictiva está al este y nosotras estamos al sur, hay casi 2.000 kilómetros. Pero, por ejemplo, llegó un día a nuestra casa una chiquita... habían invadido su poblado, habían asesinado a toda su familia y la habían violado a ella varios militares, con 12 o 13 años.  Se recorrió los 2.000 kilómetros hasta que llegó a Likasi y en el camino dio a luz a un bebé, la ayudarían supongo en algún pueblo.Vemos las consecuencias de la guerra pero no directamente.


Cuando vuelve, los problemas del llamado primer mundo, por decirlo así, quizá resulten ridículos.
Pues sí, la verdad es que sí. Yo digo que hay que ir a África una temporadita y luego vienes y ves las cosas de otra manera. Relativizas mucho. También hay problemas aquí pero cuando no tienes para comer, si no tienes para ir al hospital, eso son problemas.

Hay que denunciar las causas de la injusticia, ahí tenemos una labor muy importante porque hay que decir que los políticos, los gobernantes, tienen que hacerlo de otra manera

 

En España se denuncia que también ha aumentado la desigualdad en los últimos años. 
Sí, es verdad que ha crecido aquí la desigualdad con las últimas crisis. Con todo lo que han subido los alimentos no sé cómo la gente llega a final de mes, hay familias que no sé cómo lo hacen. Por eso digo esto de comprometerse, tenemos que dar una respuesta.

 

Una respuesta que depende también de los gobiernos.
Por eso Manos Unidas, además de apoyar con proyectos tiene clara la sensibilización de la población y la denuncia de las causas de la injusticia. Hay que denunciar las causas de la injusticia, ahí tenemos una labor muy importante porque hay que decir que los políticos, los gobernantes, tienen que hacerlo de otra manera. Eso no quita que tengamos nuestra responsabilidad porque si esperamos a que lo hagan ellos vamos a tardar mucho.

 

¿Qué mensaje daría a la población sobre la campaña que empieza este domingo?
Todo el mundo quiere ser feliz y alcanzar la felicidad. La campaña es una gran ocasión para ser feliz procurando la felicidad de los demás, como está siendo el caso de tantas niñas en el Congo que pueden ser escolarizadas en nuestros colegios y las mamás y los niños atendidos en la maternidad, en el dispensario. Son cauces para ser más solidarios y hacer un mundo diferente, un mundo más humano.

Gema Castillo: “Después de vivir en África ves las cosas de otra manera”

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