El servicio de comedores sénior ha vuelto a ser reclamado no solo por el grupo popular, que ya lo había hecho en varias ocasiones, sino también por entidades vecinales como la de San Pablo, que asegura que más de 18 vecinos de la zona presentaron su solicitud en abril y no se les ha informado de nada.
Los ediles populares Rosa Martínez y Javier Díaz se desplazaron ayer a ese barrio para abordar la cuestión e hicieron hincapié en que se abrió un período de inscripción, pero los comedores siguen cerrados, “sin tener en cuenta las numerosas peticiones presentadas por registro reclamando la puesta en marcha de los comedores sénior”. El grupo popular recuerda que Ferrol es una ciudad envejecida –con un 28,96% de población mayor de 65 años– y que, explicó Rosa Martínez, “la ciudad fue pionera en la puesta en marcha de los comedores sénior, con el objetivo de fomentar la autonomía personal, la prevención de la dependencia, ofrecer una dieta equilibrada adaptada a las necesidades de los usuarios y, sobre todo, promover la socialización”
Martínez recordó que tras la pandemia el gobierno de Mato realizó un estudio de las necesidades de los mayores, contrató un plan de envejecimiento activo y, tras las demandas de las entidades vecinales, abrió un plazo de preinscripción y nada más.
“El gobierno está mintiendo a los vecinos, habla de promesas que no puede o no quiere cumplir, anuncia actividades para mayores y con lo fundamental que es un menú saludable y un punto de socialización, esto no lo hace”.
El presidente de la AVV San Pablo de Catabois, Francisco Moreno, apuntó que llevan desde noviembre del pasado año reclamando la reapertura del comedor sénior, insistiendo en la importancia de un servicio imprescindible para los mayores de este barrio. Por eso exige “que el gobierno local se deje de excusas y reabra el comedor en San Pablo”.
Desde el área de Benestar Social del Concello, la responsable Eva Martínez, hizo hincapié en que el Ayuntamiento está elaborando un plan de mayores que incluirá todos los aspectos relacionados con esta franja de edad y determinará las necesidades de servicios que existen.
Asegura, de este modo, que los comedores sénior, tal y como estaban planteados en el pasado, carecen de demanda suficiente en la actualidad y confirma que antes de la pandemia el número de usuarios había caído hasta unos 50 en toda la ciudad.
Ahora, en el período habilitado para testar la demanda sobre este servicio, indican que únicamente una treintena de personas en todo Ferrol –en algunos barrios dos o tres– manifestaron su interés por asistir a un comedor sénior.
Precisamente, teniendo en cuenta las afirmaciones del grupo popular sobre el envejecimiento de la población, la edil responsable del área indicó que ese 29 % de la población ferrolana que tiene más de 65 años se traduce en unas 19.000 personas y, a la vista de esos datos, el servicio cubriría a un 0,13% de los potenciales beneficiarios, por falta de interés de los mismos.
Eva Martínez insiste en que “no habría ninguna duda si se tratara de un servicio básico o de un programa del que disfrutaran muchas más personas, pero en este caso parece adecuado destinar los recursos a otros planes destinados a los mayores”.
La concejala recordó, en este sentido, que un comedor sénior no es un comedor social, por lo que no sustituye a programas de alimentación para personas sin recursos, que sí cuentan con las ayudas pertinentes para cubrir esas necesidades.