Hace algún tiempo que se viene dando en algunos países europeos, sobre todo del norte, el debate sobre la presencia –más bien, sobre el grado de presencia– de pantallas y dispositivos tecnológicos en las aulas. Esa discusión es todavía minoritaria en Galicia –la implantación de Edixgal es relativamente reciente–, pero ya hay voces que se han alzado para expresar su opinión tras algo más de una década de funcionamiento.
En el IES Ferrol Vello, su director, Francisco González, cree que “hai unha tendencia a pór en cuestión o tema da tecnoloxía nas aulas e penso que se debe a que hai pais que cren que o feito de que os seus fillos se desenvolvan cun ordenador da clase significa que están todo o tempo con el, e non é así”.
El instituto de Ferrol Vello es Edixgal y el director no niega que “ás veces tamén nos cuestionamos como estamos utilizando o ordenador e as novas tecnoloxías na clase, pero ao final entendemos que temos que estar aí, igual que estamos noutros temas como a educación afectivo-sexual, por poñer un exemplo. O alumnado está na sociedade e a tecnoloxía está presente; outra cousa é aprender a facer dela un uso máis crítico”.
En ese sentido, González precisa que “o ordenador é un material, pero non é ‘o’ material, e está presente como tamén o pode estar a escadra e o cartabón, unha calculadora ou un dicionario. Está como ferramenta multitarefa e, ao tempo, para que aprendan a ter unha relación mellor coa tecnoloxía”. Para el director del instituto ferrolano, los retos a nivel tecnológico “veñen doutros temas como as redes sociais e o uso do móbil, non de que estean consultando na aula algo relacionado cunha materia e a través dun programa específico...”.
Por ello, Francisco González apuesta por un “uso responsable na esfera académica porque o futuro vai ser maioritariamente dixital e non podemos evitalo, sempre baixo as premisas de boas práctica e que sexamos críticos co uso que facemos das redes sociais e das novas tecnoloxías en xeral”.
Lo que parece claro es que la inmersión tecnológica, aun siendo importante, ha de dejado de estar entre las primeras preguntas de los padres y madres. “A nosotros”, dice Beatriz Leira, directora del San Rosendo, “ya no nos preguntan tanto si utilizamos la tecnología en el cole. Incluso en Infantil algunos papás ya nos dicen que prefieren que no se utilice”.
En su caso se trata de un uso puntual y de apoyo, como por ejemplo, “para buscar información para los proyectos” y opina que el objetivo es “encontrar un equilibrio entre los dispositivos tecnológicos y lo tradicional. Creo que es importantísimo que los niños lean en papel, que escriban, porque últimamente estamos utilizando demasiado el teclado y la pantalla”.
Luz Porto, directora del Cristo Rey, apuesta por la tecnología porque es “superimportante”, pero incide más en otro tipo de estímulos. “Sobre todo el trabajo cooperativo”, apunta. “A la hora de buscar, de investigar, enseñarles a cómo enfocar un trabajo, a resolver diferentes situaciones y dotarlos de la autonomía necesaria para que sean capaces de llegar a una solución.
Eso para nosotros es más importante que la tecnología en sí misma, que es fundamental y vamos con ella adelante con actividades como robótica, tratamiento inteligente y artificial o polos creativos, pero nada aporta más que el trabajo cooperativo”, afirma Porto.