Todo está a punto ya para el inicio de las obras de la calle San Francisco, una actuación, enmarcada en el proyecto Edusi, cofinanciado con fondos europeos en un 80% y que seguirá la senda de la urbanización llevada a cabo en la calle Espartero en el año 2021 y que se ponía en ese momento como modelo para intervenciones posteriores, como la que ahora se acometerá en San Francisco.
 

Las máquinas están ya desde mediados de esta semana en la parte de la calle más próxima a la Praza Vella y ya se ha instalado el cartel que anuncia las obras. Resta únicamente comenzar a picar y para ello, el Concello debe cumplir el compromiso de ocasionar las menores molestias a los vecinos. Es por ello que deberá afrontar una solución para la eliminación de plazas de aparcamiento que se producirá en ese vial, no solo mientras duren las obras, sino de forma definitiva, teniendo en cuenta que el proyecto elimina el estacionamiento en superficie.
 

Así las cosas, está previsto que esta semana que mañana comienza se proceda al pintado de las nuevas plazas de aparcamiento en Breogán. El estacionamiento actual en línea desaparecerá en el tramo comprendido entre el cruce con Espartero y San Antonio y la calle Alonso López, para ser sustituido por uno en espiga, como se vienen dibujando actualmente los aparcamientos en batería –con el fin de entrar en la plaza en contra del sentido de la circulación–. Se generarán así más plazas que paliarán la cincuentena que se pierden en San Francisco. El tramo comprendido entre Alonso López y carretera Alta del Puerto seguirá siendo en línea. Breogán tendrá solo dirección salida de la ciudad hasta Alonso López y doble sentido en la manzana restante.
 

Una vez que esté habilitada esta opción podrán comenzar las obras, que se prolongarán, inicialmente, durante seis meses. Corren a cargo de Bcnor Gestión y Soluciones Avanzadas SL y cuentan con un presupuesto de 827.081,44 euros.

Las losas ya están numeradas para su retirada, eliminando las aceras

Las aceras de San Francisco tienen los días contados. Su estrechez hace imposible una circulación peatonal fluida y mucho menos el paso de cochecitos infantiles o de personas con movilidad reducida o silla de ruedas. por eso se ha optado por una plataforma única. Las losas antiguas ya se han numerado en rojo para ser retiradas y reutilizadas, aunque ninguno de los firmes empleados se elevará sobre los demás, para facilitar la circulación peatonal.