María José Abad | “El vertido accidental de estas 25 toneladas de matriz plástica al mar ya de por sí es un desastre medioambiental”

María José Abad | “El vertido accidental de estas 25 toneladas de matriz plástica al mar ya de por sí es un desastre medioambiental”
María José Abad en el laboratorio de polímeros del Campus Ferrol | Jorge Meis

Desde hace poco más de un mes, las playas de la Comunidad se han visto, en mayor o menor medida, inundadas de pellets plásticos, un material usado como base para la fabricación de toda clase de objetos. Esta crisis ambiental ha traído consigo, además del inevitable enfrentamiento político a escasas semanas de las elecciones autonómicas, un alto grado de desconocimiento sobre estos restos y, con ello, mucha desinformación. Ante esta coyuntura, el Grupo de Polímeros de la Universidade da Coruña (UDC) decidió tomar la iniciativa y realizar un estudio independiente para conocer qué sustancia se encuentra en los arenales gallegos y qué impacto podría tener en el medio.

  

¿Por qué se decidieron a hacer este estudio independiente? 
Bueno, no sé si le llamaría yo estudio independiente, pero bueno, hicimos unos análisis más que nada por curiosidad, debido a que la información que salía en prensa era un poco contradictoria con lo que pensábamos que estaba pasando. A principios de semana, haciendo un poco de histórico, salía en prensa que el vertido contaminante era una matriz de polietileno tereftalato, de PET, una cosa extraña porque también se veían fotos de cómo flotaban los pellets o la granza en el agua y el PET tiene una densidad mayor que el agua marina, por lo tanto debería hundirse. Entonces hicimos un análisis preliminar para saber de qué matriz plástica estaba llegando a nuestras costas. Es un ensayo bastante sencillo, bastante rutinario que hacemos aquí. Y ya vimos que se trataba de un mayor porcentaje de matriz de polietileno, que es lo que días posteriores ya se fue clarificando. Lo que nosotros no hicimos, porque no entramos en tanto detalle, fue un análisis sistemático para saber qué tipo de aditivo estaba introducido dentro de esa granza. Por la información que nos estaba llegando y por las fotos que teníamos de los sacos los pellets tendrían algún aditivo de ultravioleta. Eso sí, ahora hay otras compañeras de la de la universidad que están haciendo ese análisis con técnicas de química analítica, que es que es un poco más apropiado.

Y en términos generales ¿qué son estos pellets o granza y para qué se emplean? 
Bueno, a ver estos pellets, o granza en castellano, es la forma habitual en la que se comercializa las matrices termoplásticas antes de su moldeo y conformado en la forma final. Es decir, cualquier producto que está hecho de plástico originalmente el material viene en forma de granza y después el fabricante lo conforma, ya sea por moldeo por inyección o moldeo por extrusión o por otro tipo de técnicas en la forma final del objeto, ya sea un envase para un alimento, una carcasa para cierto equipo electrónico, etcétera. En este caso es una matriz de polietileno cargada con un aditivo ultravioleta. Normalmente todas las matrices plásticas tienen que estar aditivadas para mejorar alguna de sus propiedades. En particular, en formulaciones de materiales que van a tener un uso expuesto a la radiación solar, pues tienen que estar protegidos porque los polímeros son muy sensibles a la fotooxidación. De ahí que parece ser que este este material está cargado con un aditivo de protección ultravioleta, el famoso Tinuvín, que es el nombre comercial de este aditivo. La aplicación final, la verdad es que no lo podemos saber, pero pueden ser muy diversas. El polietileno está certificado para su uso en contacto con alimentos, o sea que podría ser desde un envase que va a contener alimentos como cualquier producto de tipo industrial, como un envase para detergentes, o si hablamos de una aplicación exterior, incluso hay polietileno que se utiliza para hacer film para invernaderos.


¿Se trata de algún material tóxico? ¿Puede suponer un riesgo para las personas? 
A ver, aquí hay que entender qué es lo que hay. Primero, está claro que el vertido accidental de estas 25 toneladas de matriz plástica del mar ya de por sí es un problema medioambiental. Es lo mismo que sea que sea polietileno que sea cualquier otro producto, porque nuestros océanos no son vertederos. En concreto, la toxicidad que pueda tener este producto, todos los análisis apuntan a que la granza debe tener como entre un 80 y un 90% de polietileno y entre un 10 y un 20% de máximo de aditivo. El polietileno no reviste ninguna toxicidad y el aditivo, siempre y cuando esté dentro del polietileno, tampoco va a producir ninguna toxicidad por contacto y ni siquiera porque nos comamos la granza, que no lo vamos a hacer, pero bueno, o que los animales se coman la granza. ¿Cuál es el problema? El problema puede ser en cuanto a los peces o otros animales acuáticos, confundan la granza con el con alimento y crean que están comiendo cuando no están comiendo y mueran por inanición, por ejemplo. Lo mismo para las aves. Dicho esto, mientras el aditivo esté en el polietileno, no hay ningún peligro. El aditivo en sí no es que tenga cierta toxicidad, pero sí que es cierto que en las fichas técnicas de seguridad dicen que si se pone en contacto con el agua, perdura en el medio marino. Con lo cual no es tampoco de recibo que estemos vertiendo contaminantes al mar. Entonces, mientras el aditivo está dentro de la granza de polietileno no va a revestir ningún peligro. El problema es que cuanto más tiempo esté en el mar, más probabilidades tiene de que se vaya liberando de esa matriz plástica. Ahí jugamos con un poco de ventaja. Porque el polietileno es un plástico no biodegradable, con lo cual su proceso de degradación va a ser más lento en el medio acuático. Y por otra parte, el Tinuvín es un compuesto de alto peso molecular, con lo cual la velocidad con la que va a ser liberado de la matriz plástica también va a ser más lenta. ¿Qué ocurre si el Tinuvín, en el peor de los casos, se liberase al agua marina? Seguramente su concentración en los litros de agua marina va a ser muy baja y por toxicidad no va a resultar ningún problema. ¿Qué ocurre? Que, como decimos aquí, llueve sobre mojado. Es decir, los océanos ya están muy contaminados y estamos sumando un nuevo contaminante a lo que ya de por sí existe.

 

¿Cree que hay mucha desinformación al respecto? 
Mucha, muchísima. Están saliendo muchas cosas en la prensa que son verdaderas barbaridades y yo no sé si por ignorancia o malintencionadamente. Por otra parte, me duele un poco porque la gente que está al frente de los primeros informes es gente con la que tenemos relación; hay gente que salió del Grupo de Polímeros y que han hecho su trabajo de una manera, desde el punto de vista técnico, rigurosa, impecable, pero que luego, por haches y por bes, pues como que les han dado por todos lados. Y eso me resulta desagradable. Y por otra parte yo creo que se está perdiendo un tiempo muy valioso en que todas las administraciones deberían ponerse a una y proporcionar los medios necesarios para limpiar eso cuanto antes. La normativa europea es muy clara: quien ensucia, paga. O sea que hay que exigir que la empresa de transporte marítimo se haga cargo de esos 
costes. 

María José Abad | “El vertido accidental de estas 25 toneladas de matriz plástica al mar ya de por sí es un desastre medioambiental”

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