“Yo estaba en la oficina, haciendo otros menesteres, juntando albaranes, esperando mientras [los técnicos] hacían su trabajo, y de repente hubo un petardazo y cuando abrí los ojos estaba todo destruido”. Así vivió el pasado lunes Miguel Galego, propietario de la carnicería Viñas, el momento de la explosión de gas que destrozó su negocio.
El incidente, como relató este Diario, tuvo lugar poco antes de las cinco de larde en pleno corazón del barrio del Ensanche. El suceso, que desató una gran conmoción en el área, se ve, no obstante, desde una óptica muy diferente cuando lo narra quien lo vivió en primera persona.
Así, Galego explica que los trabajos de mantenimiento de las cámaras estaban previstos desde tiempo atrás, por lo que, tras recibir el aviso de la empresa encargada de las labores, acompañó a los técnicos por si necesitaban algo. “Yo les abrí y mientras se pusieron a trabajar yo me quedé allí y me fui a la oficina”, detalla. Del mismo modo, el propietario confirmó que, efectivamente, la explosión no provocó un incendio “porque esos gases ya no son inflamables a propósito”.
Respecto a las causas, desde los servicios de emergencia se señaló que se sospecha que la detonación se produjo por el gas atrapado en las canalizaciones, dado que la bombona estaba cerrada. No obstante, Miguel Galego puntualiza que “de momento no se sabe, porque aún están investigando para ver el motivo”.
Si bien esté negocio es todo un veterano del barrio –lleva abierta desde 1983–, el tiempo que Galego lleva al frente es mucho más reducido. “Hicimos un año el 31 de diciembre, por lo que llevamos un año y dos meses”, explica, añadiendo que “cuando se jubiló Manolo [Viñas] cogí esta carnicería con mi pareja”.
De esta forma, el profesional se sincera y afirma que ve la situación “muy jodida” y que de momento no sabe cuándo podrá retomar el negocio. “Quedó todo destruido. Los ventanales, que son blindados y con marco de aluminio, que pesan unos 300 o 400 kilos, fueron arrancados de la pared como cuando mueve una hoja el viento”, lamenta.
El siguiente paso, comenta, será concluir la investigación e iniciar el peritaje de los daños y los trámites con el seguro del local, por lo que de momento no se puede establecer una cifra de pérdidas y mucho menos un horizonte temporal para la reapertura. En cualquier caso, este profesional no se desanima y ya tiene la vista puesta en recuperar su negocio, que será “cuanto antes, mejor”.