Tras dos años de parón, eran muchos los que aguardaban por la Feira do Cabalo de Moche como agua de mayo, o de abril, como fue el caso, ya que algo llovió a primera hora, aunque no lo necesario para deslucir una cita que batió récords de participación, tal y como se esperaba desde la organización. Gran parte del éxito se debe a que la cita de este año cayó en sábado y eso animó a los habituales y también a otras personas a visitar el municipio modestino.
El cielo gris y plomizo no coartó las ganas que tenían los amantes del caballo por volver a presenciar las habituales carreras y disfrutar así de la feria, que es un referente del mundo equino en la comarca y el resto de Galicia. Tanto es así que entre los competidores llegaron jinetes de todas las provincias de Galicia, como destacó Iria Couce, la concejala de Cultura de Moeche.
La organización, que este año fue compartida entre el Concello y la Asociación Ecuestre 23 de Abril, repartió más de 5.000 euros en premios entre los ganadores de las diferentes pruebas de Andadura Chapeada, Andadura Aserrada y Trote.
En total tomaron parte en las carreras 178 caballeros y caballeras, cuarenta más que en la edición de 2019. Desde primera hora la gente se agolpaba ya para presenciar los pases preparatorios y las mediciones y el bullicio empezaba a recorrer los puestos de venta, que fueron en aumento conforme pasaron las horas. Asimismo, el olor a churrasco y pulpo recién hecho animó a los presentes a degustar un buen plato de comida caliente en el recinto, pero también en los negocios de la zona, que se abarrotaron para la ocasión.
Además, tuvo un éxito importante la única propuesta de pago de esta edición, la celebración benéfica en favor de Agaela a cargo de la compañía burgalesa Duende Ecuestre, que presentó su afamado espectáculo “Como bailan los caballos”, premiado en ferias de calado como el salón internacional SICAB de Sevilla.
La concejala de Cultura de Moeche, se mostraba ayer más que satisfecha por cómo se había desarrollado la jornada, con las calles repletas de gente y bullicio y, sobre todo, de caballos, jinetes y amazonas que volvieron a convertir el municipio modestino en la capital del caballo por unas horas, en las que solo hubo que lamentar alguna baja por lesión entre los caballeros que debían participar en las justas.
Adultos y niños disfrutaron por igual de una cita, que tras dos años sin celebrarse y pese a la amenaza de lluvia, pasará a ser una de las más visitadas y concurridas de los últimos tiempos.