“Campus sen fume” es la normativa que acaba de aprobar el Consello de Goberno de la UDC, que ya se encuentra en proceso de implantación en el Campus de Ferrol. Se trata de una propuesta enfocada en la concienciación, que entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Taboleiro Electrónico da Universidade –TEO–, aunque acarreará sanciones por su incumplimiento.
Esta iniciativa ya se está llevando a cabo en diversas universidades del territorio español y, concretamente en el caso de Galicia, sigue una línea similar a la desarrollada por el Campus de Pontevedra. El consumo de tabaco, cigarros electrónicos y otros dispositivos de vaporización se verán afectados por este cambio, que en todo caso, consiste en una serie de recomendaciones y medidas centradas en la sensibilización y la educación, dirigidas a toda la comunidad.
En este sentido, la vicerrectora del Campus de Ferrol y Responsabilidade Social, Ana Ares, recordó uno de los apartados del artículo 7 de la ley 28/2005 de 26 de diciembre, que prohíbe fumar en centros docentes y formativos “salvo en los espacios al aire libre de los centros universitarios y de los exclusivamente dedicados a la formación de adultos, siempre que no sean accesos inmediatos a los edificios o aceras circundantes”, según dispone el BOE.
Sin embargo, “non está contemplado o resto do Campus”, indicó Ares, en referencia a una idea que trata de ampliar horizontes al enfocarse en la concienciación. “Nós podemos prohibir nas zonas onde a lei así o indica, no resto é unha recomendación”, aclaró la vicerrectora, que espera “que esta normativa teña unha boa acollida, porque foi algo moi traballado e pensado coa comunidade universitaria”.
Se trata de una idea que “hai moito tempo que se está a traballar”, señaló Ares, desde la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas –CRUE– y la Red Española de Universidades Promotoras de la Salud –Reups–. La labor de estas entidades se suma al compromiso de la UDC con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de los cuales contribuirá, en concreto, a la promoción de una educación de calidad (ODS 4), un entorno saludable (ODS 3), un consumo responsable (ODS 12), a la acción climática (ODS 13), la protección de los ecosistemas, así como la creación de comunidades más saludables (ODS 15) y sostenibles (ODS 11).
Los carteles informativos serán una de las dimensiones más visibles de este cambio, que se complementa con el nombramiento de personas responsables, en los equipos directivos o en los distintos edificios, “para ver o seguimento da normativa”, según explicó Ana Ares. Asimismo, se retirarán los ceniceros, se relizarán campañas formativas e informativas y acciones de apoyo a la deshabituación tabáquica “para aquelas persoas que queiran aproveitar a posta en marcha desta normativa para poder deixar de fumar”, continuó.
El incumplimiento se considerará falta leve y será sancionada con apercibimiento, salvo si la conducta se reitera, que pasará a constituir una falta grave y ser sancionada conforme a lo dispuesto en las leyes aplicables a las infracciones de esa naturaleza, sin perjuicio de las reguladas en la normativa estatal y autonómica frente al tabaquismo.
La iniciativa se integra en un proyecto mayor de compromiso con la comunidad universitaria, denominado Plan de Vida Saudable e Benestar. Esta propuesta acaba de ser recientemente aprobada y afectará hasta 2030. Aparte de este eje, el plan abarca secciones de diversa índole como la promoción del bienestar biopsicosocial, que incluye servicios como la atención psicológica y orientación; la alimentación sana, sostenible y solidaria, o mujeres y salud.