Circular por la ciudad con las obras que están en marcha –avenida de As Pías, carretera baja del Puerto, calle de la Iglesia, San Francisco o plaza del mercado– es cada día más complicado en horas punta, sobre todo con la entrada y salida de Navantia o de colegios, pero optar por el transporte público tampoco garantiza llegar a tiempo. Por eso, los conductores de buses de Alsa, que presta el servicio de transporte metropolitano en la ciudad naval, son a diario receptores de críticas o quejas por parte de los viajeros, cuando no está en sus manos acortar tiempos ni evitar atascos.
Por eso, desde el comité de empresa de Alsa se reclama a las instituciones implicadas –Concello y Xunta– y a la empresa concesionaria del servicio que se busque alguna solución que palíe el problema.
El delegado de la CIG Severo Castro explica que “nos atopamos cada día con moitos retrasos, especialmente nas liñas C y F, os tempos para un recorrido como A Graña-Canido son moi xustos e non queda tempo nin para ir ao baño nin descansar cinco minutos entre viaxes”.
Por eso, reclaman que se adapten horarios, modificando los que sean necesarios,, regulando y agilizando la circulación en los puntos conflictivos y en las horas en las que se producen más retenciones, para poder, explican, “ofrecer o servizo nas mellores condicións posíbeis”.
Así, solicitan más presencia policial, ya que en puntos “negros” denuncian que no pueden ni girar en las rotondas porque están bloqueadas con los coches parados.
“O personal sofre todas as consecuencias pola mala prestación do servizo, sen ter culpa dos atrasos e aguantando a presión do caos circulatorio producido polas obras, así como o enfado xustificado dos viaxeiros como consecuencia dos atrasos continuos que lles provocan graves inconvintes”, señalan.
La zona afectada por las obras de As Pías, Caranza y Ultramar, el paso o maniobras de camiones en la calle Irmandiños con motivo de las obra de la plaza del mercado o, más recientemente, los trabajos en la carretera baja del Puerto, que obligan a que toda la circulación vaya por la carretera alta –por donde ya circula habitualmente el autobús– han convertido el tráfico en un problema que, en muchos de estos casos, no es ocasionado por una obra de corta duración, por lo que obligaría a tomar medidas correctoras.
Los trabajadores de la empresa concesionaria del servicio de transporte urbano señalan que están desarrollando su trabajo sin haber consolidado un incremento salarial desde el año 2020. explica, además, que cada vez es más complicado ofrecer un servicio de calidad a la altura de lo que merecen los usuarios, debido al aumento de tráfico rodado en las calles de la ciudad por las que circulan los buses.