El Viernes Santo ferrolano no se entendería sin una plaza de Armas llena de gente esperando por el momento álgido del Santo Encuentro, una explosión de fe y devoción que se conjuga en los cuatro tronos de Dolores levantados a dos manos: el Nazareno, la Dolorosa, San Juan y la Santa Mujer Verónica.
Después de haber suspendido la procesión del Jueves Santo con el Cristo de la Misericordia y La Piedad, la hermandad de Méndez Núñez pudo resarcirse el viernes, ya desde por la mañana, aunque la lluvia también hizo presencia a mediodía. Por suerte, Os Caladiños esquivó el mal tiempo y pudo la virgen recorrer el camino de vuelta a Amboage desde San Julián.
La procesión del Crucificado, de la Cofradía de la Merced, salió puntualmente del tempo mercedario y recorrió las calles de A Magdalena desde las 16.30 horas, mientras que la Hermandad del Santo Entierro cumplió con la función del Desenclavo en el atrio de la concatedral desde las 18.00 y contando con la participación del obispo, Fernando García Cadiñanos, en su desarrollo.
Una hora más tarde, el Santo Entierro partió del templo, con la urna de Urbano Anido, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en la presidencia civil. Le acompañaba el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, y el Almirante Jefe del Arsenal, Ignacio Frutos Ruiz, además de su hermano mayor, Antonio Sixto.
El chaparrón que en torno a las 19.30 horas propició una pronta retirada, bajando por Sánchez Barcáiztegui a San Julián sin llegar ni siquiera a Amboage. De hecho, el cortejo dejó atrás al acompañamiento de Dolores, con San Juan y la Dolorosa llegando más de media hora después a la concatedral, con sus mantos tapados por plásticos.
La Soledad no se topó con la lluvia en su salida, con unas calles repletas de gente que sabía que la Semana Santa, para muchos, se acaba en Viernes Santo. El último palio recorrió las calles acompañado de la María Magdalena de Feal y se recogió en la capilla terciaria en torno a las 22.30 horas.
Silencio también para la última procesión, la de Os Caladiños, que contó un año más con un gran número de personas acompañando a la virgen con sus velas, y que supone la última estación de penitencia para la Cofradía de Dolores, que este año en su balance figuran dos sin poderse celebrar por la lluvia, el Miércoles y el Jueves.
La Cofradía de las Angustias, que este sábado recoge donativo en su santuario y saldrá, si el tiempo lo permite, con la Caridad y el Silencio a las 20.00, únicamente ha podido celebrar la procesión del Domingo de Ramos, teniendo que anular por chaparrón el Miércoles y el Jueves.
La Soledad, por su parte, ha podido cumplir su procesionario a excepción del Cristo de los Navegantes, mientras que la Merced ha visto cancelada la de su titular y se mojó finalmente en la recogida de Nuestro Padre Jesús de la Humildad. Este domingo, desde las 11.30 horas, comienzan los cortejos de Resurrección que confluirán en el Gozoso Encuentro a las 13.00 en la plaza de Armas.