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martes | 19 noviembre | 2024
Las píllaras das dunas ya están preparando sus nidos en los arenales ferrolanos, uno de los pocos puntos de la geografía gallega en la que esta especie de ave todavía se reproduce con éxito. Desde esta semana ya se han visto los primeros ejemplares y en poco tiempo aparecerán los huevos –de tres en tres– cuya puesta se prolonga hasta el mes de agosto. El pasado año se constató la presencia de hasta nueve parejas nidificantes en las playas de Ferrol y A Frouxeira, aunque no todas las puestas llegan a buen término.
El biólogo y delegado de la Sociedade Galega de Historia Natural, Xan Rodríguez Silvar, señala que se ya se han detectado ejemplares en Ponzos y en San Xurxo-Esmelle y en estos arenales están ya preparando las cuencas en las que depositarán los pequeños huevos.
Por eso, desde marzo hasta agosto es una época en la que debe centrarse la protección de estos animales, que está considerada como “especie vulnerable” casi en peligro de desaparición.El tamaño de las aves así como la debilidad de sus anidaciones y huevos hace que el humano y el perro sean sus principales enemigos, además de tener que enfrentarse también a condiciones meteorológicas o mareas que pueden destruir sus nidos.
Con las puestas no acaba, ni mucho menos, el peligro para estos pequeños pájaros, ya que desde que los huevos eclosionan pasan todavía 28 días en los que los polluelos no pueden volar y optan por camuflarse en la arena, lo que también los pone en riesgo por la dificultad para verlos si se pasea por zonas como las dunas, que es uno de los espacios elegidos para estas anidaciones.
La dificultad para conseguir el éxito en el nacimiento de nuevos ejemplares hace que la propia hembra de la píllara –también conocida como chorlitejo– una vez que pone sus huevos, deja que el macho los incube y parte hacia otro punto geográfico en busca de otro compañero para que, ya sea por la genética o por la ubicación, tenga más posibilidades de éxito.
Así, Silvar indica que esto es perceptible por las anillas de las píllaras a las que se intenta tener localizadas. En muchas ocasiones las mismas hembras ponen sus huevos en Esmelle y en la playa de Baldaio, buscando diferentes zonas. Además, al tratarse de una especie con tendencia a la filopatría, es decir, a volver al mismo lugar, para reproducirse o nidificar, las playas de Ferrol siguen siendo las elegidas, y así, comenta el delegado de la SGHN, “aínda que en arenais como Ponzos ou Doniños estiveron anos sen criar, nas últimas tempadas estano a facer mentras que na Frouxeira pasouse de ocho hai dúas tempadas a cero na anterior”.
La razón no es otra que los predadores de esta pequeña ave, los perros. Desde la Consellería de Medio Ambiente y entidades protectoras, como la SGHN, se lucha para que no se acerquen a las playas y mucho menos sueltos –algo que, además está prohibido en arenales de la Red Natura–.
Su presencia no solo afectaría especialmente a las píllaras sino también a las miles de aves invernantes que recalan en la costa ferrolana en sus largos viajes desde África y se hallan con que los perros dificultan sus estancias de reposo.
El delegado de la SGHN, Xan Rodríguez Silvar, recuerda que el 8 de marzo es la fecha más temprana en al que se detectaron alguna vez huevos de píllara das dunas. Ahora, aunque todavía no se han avistado nidos con huevo, podrían aparecer en cualquier momento.
La observación que se hace desde la SGHN se completa con la presencia de agentes de Consellería de Medio Ambiente, encargados de su protección.
La ampliación de la cartelería de “Cans ceibes, non” debería poder verse en cada extremo de los arenales, explica el biólogo. El año pasado, los huevos abandonados detectados se incubaron artificialmente en el Centro de Oleiros y se liberaron “polos volantóns”, explica, en Esmelle.
