Las fuertes lluvias registradas en las últimas horas, con un balance de precipitaciones acumuladas que estuvo cerca de alcanzar los 80 litros por metro cuadrado, no solo no están dando tregua a la comarca, sino que parecen cebarse con ella. Y es que Ferrolterra, que alcanzó hoy su trigésimo tercer día de chubascos continuados –un récord histórico solo alcanzado en 2019–, fue el área de Galicia más afectada por este nuevo temporal, que dejó a su paso numerosas inundaciones, destrozos y decenas de incidencias de mayor y menor magnitud.
Según informaron tanto fuentes municipales como el propio Centro Integrado de Atención ás Emerxencias-112, los municipios de Neda y Fene fueron quienes sufrieron las peores consecuencias de este fenómeno meteorológico, con severas anegaciones provocadas por el desbordamiento de los ríos Basteiro y Belelle. De hecho, la Xunta mantiene activo el Plan Inungal por riesgo de inundaciones en varios ríos de la Comunidad, entre los que destacan el Rego das Mestas, en Valdoviño, y el Mera a su paso por Ortigueira.
En el caso de Neda, las principales incidencias se registraron durante esta madrugada en la parroquia de Santa María, donde numerosas viviendas se vieron gravemente afectadas por la crecida del río Basteiro. Al parecer el incidente tuvo lugar sobre las 02.00 horas –la estación meteorológica de O Val constató tres de los mayores picos de lluvia de la jornada entre la una y las tres– cuando se rompió un muro de contención.
De este modo, en cuestión de minutos el nivel de las aguas en la zona urbana más próxima a la ría creció hasta superar el metro de altura, generando “unha inmensa riada” que entró en las casas y arrastró cuanto se puso por delante. La situación llegó a tal punto que varias familias quedaron atrapadas en sus domicilios, teniendo que ser rescatada una de ellas por los Bombeiros de Ferrol y el GES de Mugardos.
Uno de los afectados por esta catástrofe fue Jorge López, patrón mayor de la Cofradía de Barallobre, que relató que en su hogar el agua alcanzó un metro y medio de altura “y se llevó todo, platos tenedores, vasos, electrodomésticos, nevera, congelador... Todo lo que tenía”. Asimismo, el responsable de los pescadores y mariscadores feneses denunció que muchas de las familias que vieron sus viviendas arrasadas por la riada no cuentan con un seguro y que a aquellas que lo tienen las han referido directamente al Concello de Neda. Por su parte, el gobierno local, tal y como había anticipado durante la mañana, instaló un colector junto a las viviendas afectadas para depositar los efectos y electrodomésticos dañados, así como una barrera de sacos de arena donde se situaba el muro de contención derribado.
En lo que respecta a Fene, la Axencia Galega de Emerxencias (Axega) tuvo que movilizar hasta el término municipal un remolque de achique y una furgoneta de usos varios para colaborar con el drenado de las calles inundadas, además de técnicos de su Grupo de Apoio Loxístico. Así, ya desde por la mañana cuadrillas de operarios del concello estuvieron colocando sacos de arena a lo largo de la parroquia de Perlío de cara a controlar otro potencial desbordamiento del río Belelle.
En cuanto al resto de municipios de las tres comarcas, desde el 112 se informó que las áreas más afectadas por las lluvias fueron, además de Fene y Neda, Ferrol, Narón, Mugardos, Ares, Cabanas y Pontedeume, registrándose en toda la provincia hasta 172 incidencias –de un total de 220 en toda Galicia–.
En el caso de la ciudad naval, donde a las ocho de la mañana de ayer ya se habían superado los 80 litros por metro cuadrado –según las mediciones del CIS de A Cabana–, las principales incidencias que se registraron fueron inundaciones y balsas de agua “que dificultaron a circulación do tráfico rodado”. De este modo, el servicio de Bombeiros tuvo que subsanar anegaciones en algunos de los puntos negros de la urbe, como las avenidas do Mar y Esteiro, así como la carretera de la Trincheira. Asimismo, también tuvieron que intervenir en A Cabana y el lugar de Brión, donde la lluvia había entrado en varios domicilios, además de despejar un vial en Fontá, en la parroquia de Doniños, donde un talud de tierra se desprendió sobre la calzada.
Por otro lado, en Valdoviño el gobierno local se vio obligado a cortar la circulación por la carretera que da acceso al lugar de Riaña a causa del desbordamiento del río San Vicente.
Por último, durante la tarde de ayer el servicio ferroviario entre Ortigueira y Ribadeo se vio interrumpido tras descarrilar un tren tras colisionar con un árbol que estaba sobre las vías y que, al parecer, se desprendió a causa del temporal.