La temporada navideña es, sin lugar a dudas, una de las más importantes, si no la que más, para el sector marisquero de la ría. Esto es así no solo porque el volumen de ventas y el precio del género suele ser de los más altos del año, sino también por la bajada en la actividad y el consumo de estos productos del mar durante los próximos meses. Así, noviembre y sobre todo diciembre se convierten en un período esencial para la supervivencia económica de los profesionales.
De este modo, esta nueva campaña, que en términos oficiales comenzó esta semana pero que se lleva fraguando desde el pasado mes, siguió la estela de todo el año, con cambios importantes en las especies y la apuesta por nuevos géneros. Y es que, si algo ha caracterizado 2023 –y, hasta cierto punto, el último trimestre de 2022– ha sido precisamente esa búsqueda por la diversificación, así como el retorno de género que, como la vieira, estuvo vetado durante años por los niveles de toxina.
Comenzando por los productos con mayor presencia en las tres cofradías de la ría –Ferrol, Barallobre y Mugardos–, según los datos del portal Pesca de Galicia se puede observar una caída generalizada del género tradicional, así como una mayor prevalencia de las nuevas especies. En el caso de Ferrol, desde el pasado mes de noviembre, el ránking lo encabeza la centolla, con 2,7 toneladas, seguido de la navaja (1,6), la almeja japonesa (1,4), el carneiro (1,3) y la almeja babosa (1,2).
En el pósito fenés, por otro lado, la vieira continúa reinando, superándose las siete toneladas, seguidas de la ostra, con 2,2, la almeja rubia (1,3), la navaja (1,1) y el carneiro (791 kilogramos). Mugardos, por su parte, comenzó la campaña navideña algo más lenta, con 2,3 toneladas de ostra, 967 kilos de almeja japonesa, 411 de la variedad fina y 129 de la babosa y, por último, 36 kilogramos de berberecho.
Enfrentando estos resultados a los del año pasado, se puede observar una caída en la centolla en Ferrol, que pasó de las 5,7 a las 2,7 toneladas. En este caso, no obstante, cabe recordar que, por factores como un inicio del otoño anormalmente cálido y las fuertes lluvias de noviembre, provocaron que la campaña de este crustáceo se retrasase más de lo habitual –de hecho se encontraron en su momento muchas hembras aún desovando cuando debía ser época de captura–, por lo que este descenso no es inesperado.
Asimismo, la navaja también ganó mucha presencia en este período, pasando de 600 kilos a 1.695, aunque, como explicó el patrón mayor del pósito, Gustavo Chacartegui, su precio está, al menos a día de hoy, por debajo del del año pasado. Por último, en el caso de las almejas, la variedad japonesa se mantuvo a niveles de 2022 –de 1.477 a 1.465 kilos–, mientras que la babosa sufrió una importante caída –de 1,9 a 1,2 toneladas–.
En Barallobre, por otro lado, la especie con mayor presencia sigue siendo la vieira, dado que la campaña de otoño tuvo lugar en noviembre –por lo que técnicamente no se consideraría parte de la temporada navideña–, alcanzando las siete toneladas. La ostra, por otro lado, que en 2022 se situó como la especie con mayor presencia en el pósito entre noviembre e inicios de diciembre, cayó significativamente, pasando de los 2.676 a los 2.236 kilogramos. Finalmente, de las diferentes variedades de almejas, en el cómputo del presente ejercicio solo se mantiene la rubia, con una ligera subida –de 1,1 a 1,3 toneladas–, desapareciendo completamente la babosa y la japonesa.
Para concluir esta comparativa, la Cofradía de Mugardos es la que está sufriendo más la alta mortalidad de bivalvos en la ría de Ferrol –por ejemplo, como explicó su patrón mayor, Omar Lucci, por la entrada de agua dulce en la zona durante los últimos meses–. Así, mientras que la ostra rizada no se ha comercializado este año, la variedad común de este molusco cayó de las 3,1 a las 2,3 toneladas, mientras que la almeja japonesa logró mantenerse –de 858 a 967 kilogramos–. El resto de especies, lamentablemente, sufrieron descensos considerables.
Respecto a cómo se prevé desde el sector el desarrollo de esta campaña, los patrones mayores de los tres pósitos de la ría coinciden en que nos encontramos ante una época de bajas capturas que contrastan con los altos precios que se ofrecen por ellas.
Gustavo Chacartegui, responsable de la Cofradía de Ferrol, lamentó el descenso en las capturas de centolla por los factores antes mencionados, asegurando que se estaba vendiendo muy bien y que esperaban que remontase en las próximas semanas. Asimismo, también señaló el fenómeno opuesto que se está dando con la navaja, donde las caputas fueron mucho mayores que en 2023 pero con precios más bajos. A esto habría que añadir, señaló, que se está trayendo a la comarca mucho producto “de fuera”, que es más pequeño y de calidad inferior, pero más barato.
Por su parte, Jorge López, patrón mayor de Barallobre, se mostró más pesimista, calificando esta campaña como “la peor” que había vivido en su recorrido profesional. “Está entrando en lonja muy poco producto”, apuntó el responsable del pósito, recordando la situación crítica en la que se encuentra la ría y lamentando además que uno de los productos que mejor estaba funcionando, la navaja, está reduciendo su presencia por el mal tiempo de las últimas semanas. Como dato positivo, López puso en valor las dos campañas de 2023 de la vieira, mostrándose esperanzado de que estas cifras se puedan repetir en 2024.
Por último, Omar Lucci, de Mugardos, explicó que la alta mortalidad de la zona contrastaba mucho con los buenos precios que se estaban ofreciendo por el género, señalando que para mejorar la situación apostarán por capturar zamburiña a pie, además de en barco.