El Ejército israelí anunció este domingo que de ahora en adelante pausará diariamente sus ataques en el sur de la Franja de Gaza entre las 08.00 y las 19.00 para permitir la distribución de ayuda humanitaria en la zona.
La decisión se produce tras mantener "discusiones con la ONU y organizaciones internacionales", dijeron las fuerzas armadas israelíes en un comunicado.
En un mapa compartido por las autoridades puede verse la ruta de las "pausas humanitarias" diarias israelíes, que alcanza desde el cruce de Kerem Shalom, en el sur, hasta el Hospital Europeo de Jan Yunis.
Desde que el Ejército israelí entró en Rafah, en el sur de Gaza, a comienzos del mes pasado, el paso fronterizo hacia Egipto -por donde cruzaba gran parte de la ayuda humanitaria al enclave- permanece cerrado, y por el de Kerem Shalom, también en el sur, apenas entran suministros de manera esporádica.
La situación ha obligado a cerrar hospitales y clínicas y ha servido para agravar una crisis humanitaria ya antes catastrófica, según han denunciado organismos internacionales como Médicos Sin Fronteras.
Según el Ejército, las pausas diarias a los ataques comenzaron ayer, sábado.
En un comunicado posterior, las fuerzas israelíes dejaron claro que la decisión no implica un cese de las hostilidades en el sur, y enfatizaron que los ataques en la localidad de Rafah continuarán.
También aseguraron que la ruta desmilitarizada solo podrá ser usada para el transporte de ayuda humanitaria, es decir, que los civiles no podrán usarla para desplazarse.
El anuncio llega un día después de que el Ejército israelí viviera su jornada más mortífera en Gaza desde el comienzo de la guerra, con la muerte de ocho soldados al explotar el vehículo blindado en el que viajaban en el sur de la Franja.
La explicación de las fuerzas armadas apunta a que la explosión de una bomba alcanzó al vehículo, que iba cargado con material explosivo, provocando que este también estallara y desencadenando una gran detonación.
Las fuerzas israelíes publicaron hoy los nombres de cinco de los ocho soldados muertos en el incidente, y también informaron de la muerte ayer, sábado, de dos reservistas en el norte del enclave, en la explosión de un tanque.
Desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza han muerto al menos 309 soldados israelíes. Mientras, unos 37.296 gazatíes han perdido la vida, la mayoría mujeres y niños, en los constantes ataques del Ejército israelí sobre la Franja.
Varios grupos de manifestantes israelíes bloquearon este domingo algunas de las principales carreteras del país para pedir la convocatoria de elecciones anticipadas y un acuerdo de liberación de rehenes en Gaza.
Según el medio israelí The Times of Israel, los manifestantes han convocado una semana de protestas con la intención de movilizar a un millón de personas contra el Gobierno.
Extendiendo pancartas o quemando neumáticos, los manifestantes bloquearon importantes arterias como la Ruta 1 hacia Jerusalén o la autopista Ayalon, que atraviesa Tel Aviv.
Entre sus demandas se encuentra también la de un servicio militar igualitario, después de que los legisladores israelíes accedieran la semana pasada a tramitar un proyecto de ley para apuntalar la exención militar de los judíos ultraortodoxos.
Desde la fundación del Estado de Israel, los ultraortodoxos pueden evitar el servicio militar obligatorio si estudian a tiempo completo en una escuela talmúdica (yeshivá), lo que los aísla del mercado laboral y ha generado fuertes divisiones en el seno de la sociedad israelí, especialmente tras el comienzo de la guerra en Gaza.
El Tribunal Supremo ha pedido al Gobierno tomar medidas para impulsar la participación de los ultraortodoxos en el Ejército, algo que amenaza con desbaratar la actual coalición gubernamental, en la que son clave los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá.
Desde hace meses, miles de israelíes críticos con la gestión del primer ministro, Benjamín Netanyahu, han salido a las calles de Tel Aviv y, en ocasiones, de Jerusalén para pedir su dimisión y la convocatoria de elecciones anticipadas.
En las últimas semanas, además, al movimiento se ha unido el de las familias de los rehenes israelíes en Gaza, que piden un acuerdo de alto el fuego que permita liberar a los secuestrados.