Al menos 40 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas en el tiroteo ocurrido el viernes en una sala de conciertos de un centro comercial en las afueras de Moscú, informó el Servicio Federal de Seguridad (FSB).
"Preliminarmente, como resultado del atentado terrorista en el centro comercial Crocus City Hall en estos momentos hay 40 muertos y más de cien heridos", informó el servicio de prensa del FSB a las agencias locales.
Según las autoridades de la región de Moscú, más de una veintena de heridos han tenido que ser hospitalizados, cuatro de ellos en estado grave.
Según el FSB, el ataque fue perpetrado por un grupo de hombres con armas automáticas en la ciudad de Krasnogorsk, al noroeste de Moscú, en los prolegómenos de un concierto del grupo de rock Piknik.
En las imágenes colgadas por testigos oculares en las redes sociales se ve cómo varios hombres disparan contra la gente a su entrada en el centro comercial y los cuerpos de varias víctimas yacen en el suelo en un charco de sangre.
Los canales de Telegram precisan que en el momento del ataque en la sala de conciertos podrían encontrarse hasta 6.200 personas, ya que todas las entradas fueron vendidas.
Los servicios de bomberos aún están intentado extinguir con la ayuda de medios aéreos el incendio que se declaró en el edificio del Crocus City Hall tras el ataque terrorista y que ha provocado el desplome de parte del tejado.
El Ministerio de Exteriores de Rusia llamó a la comunidad internacional a condenar el ataque, declarado como atentado terrorista por el Comité de Instrucción, que investiga el suceso.
"Toda la comunidad internacional está obligada a condenar este horrible crimen", señaló María Zajárova, la portavoz de Exteriores, en su canal de Telegram.
La diplomática destacó que Rusia ha recibido numerosas llamadas con condenas firmes del "sangriento atentado" que ha ocurrido "ante los ojos de toda la humanidad".
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, suspendió todas las actividades masivas previstas para el fin de semana en la capital rusa, mientras las autoridades han extremado la seguridad en los aeropuertos internacionales en previsión de nuevos ataques.
Ucrania aseguro que "no tiene nada que ver" con el atentado cometido este viernes contra una sala de conciertos de un centro comercial en las afueras de Moscú en el que fallecieron al menos 40 personas y más de cien resultaron heridas.
"Desde luego, Ucrania no tiene nada que ver con el tiroteo o la explosiones en Crocus City Hall. No tiene ningún sentido". señaló el asesor de la Oficina de la Presidencia ucraniana Mijailo Podoliak en un mensaje en la red social X.
El consejero presidencial agregó que “Ucrania nunca ha recurrido a métodos terroristas” para combatir a Rusia, y afirmó que ha sido “la propia Rusia” la que en otras ocasiones “ha atacado a sus propios ciudadanos para iniciar ‘acciones antiterroristas’ contra grupos étnicos que protestaban”.
Podoliak se mostró asimismo convencido de que “los acontecimientos” que se están produciendo en Moscú “contribuirán a un incremento abrupto de la propaganda militar, a una militarización acelerada, a la expansión de la movilización” militar en Rusia y “a una escalada” de la agresión militar a Ucrania.
El consejero presidencial ucraniano predijo además que la masacre será utilizada por el Kremlin para “justificar los ataques manifiestamente genocidas contra la población civil de Ucrania”.
Indicó que Ucrania lleva más de dos años luchando contra el Ejército ruso y que por tanto "todo en esta guerra se decidirá sólo en el campo de batalla".
Recalcó que la guerra se ganará "solo por la cantidad de armas" y por "las decisiones militares cualitativas", pues "los ataques terroristas no resuelven" nada.
El asesor del mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, también afirmó que mucho antes del tiroteo de este viernes en la capital rusa, "habíamos oído advertencias públicas de las embajadas extranjeras en Moscú sobre la posibilidad de tales excesos sangrientos".
"Como conclusión: no cabe la menor duda de que los sucesos en las afueras de Moscú contribuirán a un fuerte aumento de la propaganda militar, a la aceleración de la militarización, a una mayor movilización y, en definitiva, a la escalada de la guerra", que incluirá la "justificación de ataques genocidas contra la población civil de Ucrania", dijo.