Libertad para Karla

a pasado una semana y continúa la cancelación de Karla Sofía Gastón. La nueva picota woke no descansa: no acudió a los premios Goya al estar vetada por pecar. El veto a la trans continúa después de que salieran a la luz sus tuits más polémicos. Veo que Tania Sánchez, la mujer tras la columna, suelta sin despeinarse una frase para el recuerdo, “el objetivo es que las personas que piensen cosas no respetables dejen de pensarlas”. Me pregunto cómo va Tania desde su altillo columnario a conseguir que los que tenemos pensamientos impuros acabemos abrazando la santidad. ¿Mediante terapia de electroshock? ¿Torturas variadas? ¿Encierro en manicomios? ¿Qué es exactamente pensar cosas no respetables? ¿Decir que Floyd era un adicto al fentanilo? ¿Hablar mal de un compañero de trabajo? ¿Afirmar que cada vez hay más mujeres veladas en España? Da la sensación de que los nuevos inquisidores tienen sueños húmedos con cerebros planos, pensamiento único y reverencias variadas a los líderes políticos de turno.

 

Karla no fue a la gala de los Goya, ese momento de baba cinematográfica en el que muchos cineastas celebran sus alegres subvenciones y alguna que otra vez tenemos una maravilla (aún me acuerdo de “Las niñas” de Pilar Palomero, qué preciosidad de película) no es otra cosa que una misa woke. Como dijo alguien que no es Chesterton, cuando dejas de creer en Dios en seguida corres a creer en cualquier otra cosa, así que allí estuvieron los políticos y sus acólitos, los artistas y los intelectuales de la cuerda con pensamientos respetables y muy respetables. Imagino que antes de entrar a la gala hubo fuera un dispositivo que podía leer los pensamientos de los asistentes para medir la respetabilidad de las ideas, como en la pandemia te miraban la temperatura antes de entrar en un avión. No sea se escape algún disidente que pueda contagiar al resto y se esparza el virus zombie convirtiendo el acto en una masacre con gente gritando PANGOLÍN PANGOLÍN, SELENA RATA RICA, mientras se muerden y agreden entre un baño de sangre digno de Dexter y Juliane Moore y Tilda Swinton huyen de la mano hacia salida sorteando de milagro actores españoles y gruñidos.

 

Nunca hay que dar las libertades por garantizadas. En unos minutos puede acceder al poder un tirano que las tire todas por tierra, de eso en España sabemos mucho desde hace siglos.

 

 

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