Esta columna se llama A dentelladas porque contiene mordiscos que le pego a la vida, pensamientos que me gusta compartir y sobre los que, a veces, recibo respuestas.
El otro día me llegó, como réplica al artículo «La tentación de vivir en la inopia», un whatsapp que decía: «¿Qué es la verdad? ¿Tu verdad? ¿La mía? ¿La del cura de la parroquia que tiene wifi con el Altísimo? Si tengo que irme a la fábrica a las 6 am todos los días, ¿realmente soy capaz de algo más que de tomarme unos vinos y a ver si mojo el sábado, aunque sea malamente, que decía Rosalía?»
La verdad absoluta no existe. Nuestra experiencia está condicionada por nuestro contexto y cultura. Somos subjetivos. Es imposible verlo todo con total asepsia. Pero, cuando hablamos de información, hechos y realidades, la verdad no es relativa, porque el ser de las cosas no depende de nuestras circunstancias. La verdad existe en sí misma como la coincidencia entre lo que se dice y lo que ocurre, y se expresa siguiendo el orden lógico de una oración enunciativa de carácter informativo (sujeto + verbo + predicado) y respondiendo a las preguntas qué, quién, cuándo y dónde.
Imagínate que hay una libreta roja encima de la mesa. Si alguien puntualiza y dice que es de color carmesí, tendremos una verdad más precisa, que nos indica que es de un tono rojo oscuro. Por el contrario, quien afirme que la libreta es verde estará mintiendo, aunque sea daltónico. Su dificultad genética para diferenciar los colores no altera al objeto, que seguirá siendo rojo.
El que comente que no sabía que ahí había una libreta porque tiene algo delante que le impide su visión también dirá la verdad: no niega la presencia del cuaderno ni sus características, solo manifiesta sus circunstancias, su punto de vista. Mentiría, en cambio, si afirmase categóricamente que ahí no hay nada, aunque no lo vea desde su perspectiva.
Mientes si, tras una dana de consecuencias trágicas, dices que “El sistema ES-Alert es un protocolo provisional, que no está reglado” cuando las pruebas se hicieron el 27 de octubre de 2022 y existe una circular de 2024 que dice “Desde este año está activo el sistema ES-Alert que permite el envío de mensajes a los teléfonos móviles en situaciones de especial gravedad”.
Si dices que “la mayoría del dinero que ha ofrecido el Gobierno (para las ayudas por la dana) son créditos ICO que los valencianos tendrán que devolver”, estás intentando manipular, utilizando una media verdad con intención engañosa. Solo el 35% de los 14 373 millones que el Gobierno ha aprobado hasta ahora serán créditos ICO. Y el 35% no es la mayor parte de las ayudas.
Cuando hablamos de cuestiones verificables, no es complejo diferenciar verdad y mentira. Eso sí, hay que querer hacerlo. Quizá no sea el caso del protagonista de la respuesta que recibí a mi artículo, que solo aspiraba a “mojar el sábado”. Pero en eso no voy a entrar: cada uno decide sus prioridades en la vida.
Tampoco es complicado identificar los intentos de desviar la atención. Y las omisiones de información significativa (de todo aquello que deberías conocer porque te puede cambiar la vida, o hacer que la conserves, incluso) cantan la Biblia entera en verso.
Hasta ahora, Maldita.es ha identificado 108 mentiras y desinformaciones relacionadas con la dana. Es importante, porque donde no hay verdad, no puede haber confianza. Si estás manipulado, no puedes obrar con libertad. Sin certezas, no hay justicia. Abandonar la inmutabilidad de la verdad nos hace abrazar lo efímero, lo inmediato, lo fácil… Dejar la verdad a un lado nos lleva a caer en las promesas de los demagogos, como los peces en la red que hará que terminen en la lonja.