Noviembre es el mes dedicado a la concienciación sobre la salud masculina, un movimiento global que pone el foco en patologías específicamente masculinas como el cáncer de próstata y el de testículos, para que los hombres se realicen chequeos, tomen medidas preventivas y adopten hábitos de vida saludables.
“El cáncer de próstata es uno de los tumores más frecuentes en la población masculina, por eso es importante la concienciación, la prevención y el diagnóstico temprano de la patología”, explica el doctor José Manuel Pardo Figueiras, urólogo del Hospital Ribera Juan Cardona de Ferrol.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta enfermedad es que la mayoría de los cánceres de próstata se desarrollan sin que los hombres experimenten síntomas en las primeras etapas. De ahí la importancia de los chequeos preventivos y pautados.
“La evaluación urológica rutinaria debe realizarla todo hombre a partir de los 50 años o desde los 40 años en el caso de que se tengan antecedentes familiares de cáncer de próstata”, apunta el especialista.
¿En qué consiste una revisión urológica?
“En una primera consulta se realiza una historia médica del paciente con especial atención al aspecto urológico. El examen físico incluye evaluación de genitales externos y tacto rectal que permite evaluar la situación de la próstata. Se puede realizar, además, una ecosonografía urológica donde se visualizan las características de riñón, vejiga y próstata. En caso de estar indicado también se solicita una PSA, la determinación del antígeno prostático específico”, detalla el doctor Pardo.
Algunos hombres sí notan algunos cambios que pueden ser síntomas de alerta, como la necesidad de orinar con frecuencia, especialmente por la noche, dificultad al empezar la micción o al retener la orina, flujo de orina débil o interrumpido, o micción con dolor o escozor.
Todos estos síntomas pueden deberse a una enfermedad muy frecuente que es la hiperplasia prostática benigna, un agrandamiento de la próstata, que no es cáncer ni aumenta las probabilidades de padecerlo.
"Se hará una evaluación con un examen físico, además de pruebas de imágenes donde se determina el tamaño de la próstata y la presencia o no de residuo urinario. Otras pruebas adicionales pueden incluir la flujometría urinaria, donde se determina el volumen y velocidad de la micción”, señala el urólogo del Hospital Ribera Juan Cardona.
La hiperplasia prostática benigna se trata inicialmente con medicamentos, aunque, en algunos casos, es necesario hacer una corrección quirúrgica.
“Todo paciente que presenta sangrado en la orina debe ser evaluado de manera expedita por un profesional. El sangrado urinario puede deberse a una infección, a piedras urinarias, pero sobre todo debe realizarse un estudio para descartar la posibilidad de cáncer de vejiga, una patología bastante frecuente”, advierte el doctor Pardo.
Las personas fumadoras tienen un riesgo casi tres veces mayor de padecer cáncer de vejiga que el de las que nunca fumaron, y los exfumadores, el doble de riesgo.
El Hospital Ribera Juan Cardona ofrece a los pacientes un paquete específico, el Androcheck, un chequeo preventivo y predictivo para los hombres que se centra en la disfunción eréctil y problemas de próstata, lo que permite realizar un diagnóstico precoz del mismo, y mejorar las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito y las probabilidades de supervivencia sean mayores. Todas las pruebas se pueden hacer en el mismo día y se dan citas de manera inmediata.
La autoexploración como prevención
Al igual que en las mujeres se recomienda la autoexploración para la detección precoz del cáncer de mama, en el caso de los hombres es muy recomendable que se hagan un autoexamen para la detección precoz del cáncer de testículos, que es el primero en incidencia entre los varones de entre 15 y 35 años, de acuerdo con los datos proporcionados por la Sociedad Española de Oncología Médica.
“La sugerencia es hacer una exploración en la hora del baño o ducha, y comprobar si se nota la presencia de alguna deformidad o bulto. Debe ser más frecuente en aquellos pacientes con antecedentes de cáncer de testículos o con un historial de testículos no descendidos ya que son la población con más riesgo. En caso de encontrar alguna masa sospechosa, hay que consultar con el especialista lo antes posible”, indica el doctor Pardo.
Aunque cada vez la población está más concienciada, y más hombres asintomáticos se realizan chequeos rutinarios, todavía hay muchos pacientes de edades avanzadas que nunca han consultado sus problemas urinarios y que simplemente conviven con las molestias, normalizando el malestar y la pérdida de calidad de vida como inevitable. Hoy en día hay tratamientos y opciones para mejorar su situación independientemente de la edad o condición.
“La evaluación urológica rutinaria debe realizarla todo hombre a partir de los 50 años o a partir de los 40 años en el caso de que se tengan antecedentes familiares de cáncer de próstata”.
“Hay que dejar atrás esa vergüenza mal entendida para consultar problemas urinarios o de disfunción eréctil, algo que se presenta con alta frecuencia en la población masculina, y se calcula que aproximadamente la mitad de los hombres mayores de 50 años la padecen en algún grado, aunque no sea una cuestión de edad”, apunta el doctor Pardo Figueiras.
“La buena noticia es que existe una variedad de opciones de tratamiento, y la clave radica en la personalización. Desde cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio, hasta medicamentos orales proerectógenos, inyecciones intracavernosas y dispositivos de vacío, hay estrategias adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente”, concluye.