La creciente inquietud pública sobre la presencia de microplásticos en los océanos, pesticidas en los alimentos y metales pesados en el aire ha creado un caldo de cultivo para un negocio lucrativo, aunque alarmantemente peligroso: clínicas que aseguran "limpiar la sangre" de estos contaminantes sin evidencia médica alguna.
En España, estos establecimientos han proliferado, ofreciendo tratamientos con nombres sofisticados como INUSpheresis® o terapia de quelación, prometiendo eliminar "toxinas", "químicos" e incluso microplásticos. Sin embargo, tras estas promesas de "purificación" radical, la ciencia, las autoridades sanitarias y los expertos advierten unánimemente: se trata de un engaño que no solo pone en riesgo la salud de quienes caen en él, sino también su bolsillo.
En ciudades como Barcelona, Zaragoza y Valencia, clínicas como Biosalud Day Hospital, RegenerO3 o Clínica Riba comercializan supuestas "limpiezas" sanguíneas con un lenguaje que evoca ciencia ficción.
Alguna, por ejemplo, promociona su "Plan Detox Clinic 1 Week Plus", que incluye la terapia INUSpheresis®, un procedimiento que afirma erradicar de la sangre "metales pesados, pesticidas, moho, parásitos, colesterol, virus y microplásticos". Otras, por su parte, recurren a la terapia de quelación –un tratamiento médico legítimo pero reservado para intoxicaciones graves por metales como el plomo o el mercurio– para prometer "reequilibrio metabólico" y "vitalidad renovada".
El modus operandi de estas clínicas se basa en un lenguaje ambiguo pero persuasivo. Hablan de "toxinas" sin especificar su naturaleza, mencionan "contaminantes" sin aportar pruebas de su eliminación y utilizan términos como "detox" o "purificación" para apelar al miedo y a la búsqueda de soluciones rápidas.
Aunque algunas mencionan explícitamente los microplásticos, ninguna de ellas presenta estudios científicos independientes que respalden sus extraordinarias afirmaciones. La información disponible sobre la efectividad de INUSpheresis® para eliminar microplásticos o pesticidas proviene casi exclusivamente de las propias clínicas que lo ofrecen.
La realidad científica es contundente: el cuerpo humano ya posee sistemas de desintoxicación naturales altamente eficientes, como el hígado, los riñones y el sistema linfático, que filtran y eliminan las sustancias dañinas de manera continua. No existen métodos clínicos validados para "limpiar" microplásticos o químicos en personas sanas, y los tratamientos promocionados carecen del rigor científico necesario.
La INUSpheresis®, presentada como una técnica avanzada de filtración sanguínea, no cuenta con evidencia científica sólida que demuestre su eficacia para eliminar microplásticos o pesticidas en humanos. Si bien algunos estudios sugieren posibles beneficios en ciertas patologías autoinmunes o en casos de COVID persistente al reducir autoanticuerpos e inflamación, su aplicación para la desintoxicación general carece de fundamento.
En cuanto a la terapia de quelación, aunque es un tratamiento esencial en casos de intoxicaciones graves por metales pesados como el plomo o el arsénico, su uso indiscriminado para "desintoxicar" la sangre de químicos o microplásticos en personas sin un diagnóstico médico específico es rechazado por organizaciones de prestigio como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) o la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Sociedad Española de Medicina Interna también alerta sobre esta práctica, calificándola como "sin base científica y arriesgada" fuera de casos muy específicos.
Estos tratamientos no solo son inútiles para el propósito que anuncian, sino que pueden acarrear serios peligros para la salud. La terapia de quelación, por ejemplo, se ha asociado con efectos secundarios graves que incluyen problemas renales y cardíacos, desequilibrios electrolíticos que pueden derivar en arritmias mortales e infecciones por procedimientos mal realizados.
Aunque los defensores de la INUSpheresis® la describen como un procedimiento suave con pocos efectos secundarios, cualquier intervención invasiva conlleva riesgos inherentes. Además, la manipulación de la sangre fuera del cuerpo siempre implica la posibilidad de complicaciones.
El coste de estos tratamientos, que puede superar los 3.000 euros por sesión, representa una explotación de la desesperación de personas genuinamente preocupadas por su salud. Si bien existen centros de desintoxicación legítimos para abordar adicciones o exposiciones tóxicas específicas, la promesa de una "limpieza" general de la sangre a un precio tan elevado sin evidencia científica sólida es motivo de gran preocupación.
En España, las autoridades sanitarias han tomado una postura firme contra estas prácticas. El Ministerio de Sanidad ha incluido la lucha contra las pseudoterapias como una prioridad, y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha lanzado campañas como #EsPopularPeroNoCiencia para alertar sobre sus riesgos.
La AEMPS no avala estos tratamientos, y la Organización Médica Colegial (OMC) los califica de "prácticas sin evidencia que ponen en riesgo a la población". A nivel internacional, la FDA (Food and Drug Administration) y la EMA (European Medicines Agency) solo aprueban la quelación para intoxicaciones confirmadas, no para "limpiezas" generales. Tampoco existe aprobación para el uso generalizado de INUSpheresis® para la desintoxicación o la eliminación de microplásticos y pesticidas.
La preocupación pública por los microplásticos y los pesticidas está justificada, dada la creciente evidencia de sus posibles efectos adversos para la salud. Sin embargo, la respuesta a esta legítima inquietud no se encuentra en clínicas que venden falsas promesas. Existen estrategias basadas en la evidencia para reducir la exposición a estos contaminantes, como filtrar el agua del grifo, evitar calentar alimentos en recipientes de plástico, disminuir el consumo de alimentos procesados, elegir ropa de fibras naturales y lavar cuidadosamente frutas y verduras.
Para no caer en el engaño de estas clínicas, es fundamental desconfiar de las "soluciones rápidas" que prometen eliminar "toxinas" sin definir qué son o cómo lo logran. Siempre se debe consultar a un médico acreditado antes de someterse a cualquier procedimiento y exigir estudios científicos publicados en revistas revisadas por pares si una clínica menciona "evidencia". Asimismo, es importante denunciar cualquier práctica sospechosa a las autoridades sanitarias de la comunidad autónoma.
La salud no es un juego de marketing. Como bien advierte la Dra. María Neira, directora de Salud Pública de la OMS, la mejor manera de reducir riesgos es evitar la exposición a tóxicos, no caer en falsas curas. Mientras la ciencia continúa investigando los efectos de los contaminantes ambientales, la ciudadanía debe mantenerse escéptica ante quienes se lucran con el pánico y priorizar la información basada en la evidencia para proteger su salud y su economía.