El INE dio a conocer el viernes la magnitud de la caída del 11 por cien de la economía española en 2020, el mayor desplome desde la Guerra Civil. Es la otra factura de la pandemia prevista por todos, también por la Unión Europea que aprobó fondos generosos para ayudar a España.
Al día siguiente, el pleno del Congreso convalidó el Real Decreto de gestión de esos fondos multimillonarios -140.000 millones, la mitad a fondo perdido-, determinantes para la reconstrucción de la economía española.
Es el asunto más importante que España tiene entre manos y el mayor desafío, ahora y en los próximos años. De la gestión de los fondos depende que la economía avance hacia la transformación digital, la transición ecológica, un modelo productivo sostenible y hacia metas por ahora menos concretas y especificadas.
Por eso, cabía esperar acuerdos previos entre el Gobierno y los partidos mayoritarios de la oposición que aglutina la derecha. No fue posible. Como en otras ocasiones, les exige “apoyo patriótico” sin sentarse con ellos para pactar siquiera lo básico, porque el Gobierno cree acertar siempre que margina a la derecha. Es curioso, el jueves encontró el sentido de Estado y responsabilidad institucional que pide a esa derecha en el voto Bildu y la abstención de Vox, ¡sus apoyos para modernizar España!. Cosas veredes.
Total, que el presidente tiene las manos libres para disponer de los 140.000 millones del programa Next Generation EU. Lo hará en compañía de Podemos y es más que previsible que gran parte de esos fondos sean repartidos “en modo” clientelar y chavista para tener cada día más población subvencionada y más voto cautivo.
Es probable que todos los partidos piensen haber ganado el jueves con su tacticismo. El Gobierno “pasando” de la oposición mayoritaria, a los independentistas les importa un bledo España y los nacionalistas vascos van a lo suyo como supremacistas perdonavidas.
Pero quien perdió fue España. Estamos en una emergencia nacional, Europa nos eche una mano con ingentes recursos ¡y los representantes del pueblo no se ponen de acuerdo para gestionar ese regalo!. ¿Qué más tiene que pasar para alcanzar un gran pacto nacional que supere la pandemia, acometa reformas y emprenda iniciativas que configuren el futuro económico y social del país?
Una nota a pie de página: Salvadas las distancias por el volumen y alcance de los recursos, el mismo tacticismo irresponsable se reproduce en Galicia . Xunta, Diputaciones y Fegamp (Ayuntamientos) no llegaron a un acuerdo para canalizar conjuntamente los fondos para rescatar a la hostelería por un tiquismiquis, el minifundismo mental. Tenía razón Castelao: a realidade política actual da noxo.