La implicación ciudadana es la gran aliada de las políticas de reciclaje y también la clave de su éxito, y por eso las instituciones exploran originales y atractivas estrategias, como recompensar las acciones solidarias con bonos en hoteles, restaurantes o spa y descuentos en tiendas.
Así, con el lema “reciclar tiene premio”, son ya varios los municipios españoles que se lanzaron a recompensar el compromiso ciudadano, aunque para ello las instituciones necesitan de la implicación directa de los comercios. Se trata de “crear sinergias” entre los establecimientos y el consumidor, en un tándem perfecto que beneficie a todos y haga factible un modelo “exportable y aplicable a cualquier ciudad del mundo”, explica el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santiago, Xan Duro.
Esta ciudad gallega fue la primera en aplicar la iniciativa a través del proyecto Tropa Verde, desarrollado por una empresa local y cuya originalidad y efectividad le valió diversos reconocimientos, como el premio Ciudad Sostenible concedido por la Fundación Fórum Ambiental. La Tropa Verde funciona ya en siete ciudades y villas gallegas, en el caso de Santiago con más de 3.200 ciudadanos entregados al reto de reciclar y cerca de 120 establecimientos comerciales dispuestos a premiar su esfuerzo.
El funcionamiento es muy sencillo: una plataforma web registra al ciudadano inscrito al programa cada vez que acude a reciclar a un punto limpio y le concede puntos que se acumulan en su expediente y después puede canjear por premios del Ayuntamiento (como descuentos en transporte) y de los minoristas locales asociados.
El reciclaje “se ha disparado” en Santiago, pero el objetivo es exportar el modelo a otras ciudades, según explicó Xan Duro, “orgulloso” de liderar un grupo de transferencia creado en virtud del programa europeo Urbact, “en el que asesoraremos y daremos con ellos los primeros pasos” para su implantación en municipios de Francia, Hungría, Grecia, Portugal y Polonia.