El proceso para lograr la independencia de Cataluña avanza según un calendario que terminará en poco más de año y medio con la convocatoria de elecciones constituyentes, la formación de un nuevo parlamento y el sometimiento a referéndum de la nueva Constitución. “Si los ciudadanos dicen que sí, saldremos al balcón y proclamaremos la República”, explicaba ayer en Ferrol el diputado de ERC Joan Tardà. Participaba, con el exalcalde de Barcelona (de CDC y antes de CIU), Xavier Trias, en un acto organizado en Sargadelos (lleno) por la asociación cultural Medulio para hablar sobre la independencia catalana.
Para llegar a ella necesitan sumar a su proyecto, calculan, a entre 200.000 y 350.000 personas más. “Para ganar tenemos que acumular fuerzas”, decía Tardà. Él confía en los indecisos y también en los partidos que defienden el derecho a decidir pero no han clarificado su postura respecto a un futuro estado catalán aunque, opina, no podrán eludir el debate sobre una constitución que, por ejemplo, pretenda incluir una renta mínima para los ciudadanos. “Hay que enterrar el sectarismo y hacer prevalecer la voluntad de alcanzar la soberanía”. Y “hay prisa” para hacerlo porque “el estado del bienestar se está hundiendo”.
Esa búsqueda de la soberanía ha posibilitado la alianza de partidos como CDC y ERC en las recientes elecciones en las cuales, a pesar de “no tener el resultado que queríamos”, como reconocía Trias, hubo un respaldo “muy importante” y existe un mandato ciudadano, democrático, que van a cumplir. “Ahora de lo que se trata es de conseguir la República y luego, al día siguiente, cada uno con los suyos”, remarcaba Tardà. “Hemos conseguido unirnos gentes que no pensamos lo mismo pero todos estamos a favor de cambiar este país”, explicaba Trias.
La guía para los próximos meses, una vez se apruebe una declaración “urbi et orbi”, que ya se ha empezado a tramitar, para lograr la república catalana es la de formar gobierno (“las negociaciones están yendo muy bien y habrá acuerdo con la CUP”, dijo el diputado de Esquerra) y, en 18 meses, “implementar las estructuras del estado naciente”, promulgar “leyes de desconexión” que den seguridad jurídica e iniciar el proceso preconstituyente, “de abajo arriba”, haciendo un gran debate con los ciudadanos. Después se convocarán elecciones, se aprobará la Constitución y se someterá a votación.
“La situación en España ya nunca más será igual”, anunciaba Trias en su intervención, en la que relató cómo había pasado de un catalanismo interesado en modernizar España e incidir en su política a una posición independentista. La estrategia negociadora de CIU se frustró con el PSOE y después con el PP. “La derecha española no acepta la plurinacionalidad del Estado y el PSOE tampoco”, afirmó. Un encuentro “desastroso” entre Aznar y Pujol inició un cambio de posiciones porque “nos dimos cuenta de que así no podíamos continuar”. La sentencia del Constitucional sobre el Estatut supuso el golpe definitivo y el inicio de multitudinarias movilizaciones ciudadanas. “Las cosas se han ido complicando para unos y clarificando para otros, como yo”, decía Trias. “Si continuamos así Cataluña va al desastre, no solo económico”.
También Tardà ve en la “laminación” del Estatut el punto de la “desconexión mental, de la de-safección” porque “esa humillación afectó a la dignidad de muchas personas”. Y por eso ahora, en su declaración conjunta, no reconocen autoridad alguna al Constitucional.
Además, este “momento histórico de gran trascendencia” puede tener consecuencias en otros territorios, incluyendo Galicia. “Es una oportunidad”. Lo que tienen claro Trias y Tardà es que la historia no se detiene y, como afirmó este último (más radical en su intervención y más proclive al diálogo Trias), “esto no tiene marcha atrás; o ganamos o nos envían a la Modelo [la cárcel]”).