Año tras año la polémica por la presencia de autocaravanas en las playas sale a la palestra, más cuando el litoral ferrolano es un polo cada vez más atrayente para el turista.
Las quejas en el estacionamiento del arenal de Doniños por la continua presencia de estas casas con ruedas son continuas entre los usuarios diarios de las playas, si bien, las autocaravanas pueden, como vehículos que son, estacionar como un coche más.
El problema surge cuando el espacio es ocupado para pernoctar y vivir unos días a pie de playa, en lugar de hacer uso de los espacios reservados para las caravanas –zona de A Malata– que, aunque cuentan con todos los servicios necesarios, se encuentran algo más alejados de las playas. En este sentido, la normativa prohíbe que se abran toldos y se instalen mesas y sillas en las áreas de estacionamiento de vehículos a pie de playa, por lo que se está cometiendo una infracción sancionable.
Más grave es una práctica que se está convirtiendo en habitual en playas menos masificadas y, por tanto, algo más ajenas al control. El espacio natural de Ponzos es punto frecuente de instalación de caravanas este verano y no solo para aparcar –lo hacen más allá del área propia de estacionamiento, invadiendo el espacio natural– sino para instalarse, pernoctar y aprovechar una zona natural como lugar de veraneo, sin tener que mover su casa-móvil. Las advertencias de los usuarios de las playas a los socorristas no parecen haber hecho efecto alguno y estos se limitan a señalar que ya se ha avisado a la Policía Local sobre esta cuestión. Otros veraneantes ilícitos son los animales que, si bien no son culpables directos, sí tiene prohibida su entrada en las playas en temporada de verano –hasta el 15 de septiembre–. En este caso, el Concello no oferta, como sucede con las caravanas, un espacio específico para su presencia y la comprometida playa para perros no deja de ser más que una intención que no se ha plasmado tampoco este verano.
La normativa existe y los socorristas deben, como se recoge en la ordenanza, “apoiar nos labores de información, comunicando particularmente as infraccións á mesma e apercibindo ao posible infractor que, de persistir na súa actitude, trasladarán denuncia á autoridade”.
Aunque son las más graves, no son las únicas infracciones que se cometen a diario en las playas. Utilizar las duchas para el aseo personal –con productos de limpieza– puede acarrear también multas de entre 60 y 300 euros. l