Las vacaciones más idílicas pueden empañarse por pequeños “enemigos” como medusas o peces venenosos que con un simple roce provocan dolores intensos y reacciones ante los que hay que actuar de forma rápida y acertada y no dejarse guiar por las afianzadas creencias populares.
En el verano se dan varias circunstancias que hacen que los “animalillos” puedan provocar más estragos: estamos más en la calle, con menos ropa y hay ciertas especies de insectos que tienen su ciclo vital durante esta época, con lo que las picaduras son más frecuentes en esta época.
Es el caso de los mosquitos, pero sobre todo de las abejas y las avispas. Si nos pican estos insectos, ¿qué debemos hacer? pues tal y como explica el responsable del Programa de Servicios Preventivos de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja, Carlos Urkía, hay que calmar el dolor y disminuir la inflamación. Para ello, hay que aplicar frío con un compresa escurrida o hielo envuelto y es conveniente lavar la zona con agua y jabón.
Urkía hace hincapié en lo que no hay que hacer ante estas picaduras y que están en ocasiones muy instauradas en la sociedad: No hay que utilizar amoniaco, ni alcohol porque al principio van bien para reducir la hinchazón pero hacen que el dolor aumente al penetrar en la minúscula herida que ha provocado la picadura. “Tampoco hay que utilizar saliva, barro o cualquier otro producto casero para evitar una posible infección”, destaca.
Obviamente, no todas las picaduras se tratan igual. Las de las medusas, que son otro de los enemigos a temer cuando se va a la playa, hay que lavarlas con agua de mar, nunca con agua dulce, porque agravaría el dolor, según subraya la dermatóloga Rosa Taberner, del hospital Son Llátzer de Palma de Mallorca.
Las alergias a las picaduras de insectos son casos más graves y en el caso de que sean varias las picaduras y aparezcan vesículas de color rojo en la piel, picor generalizado, malestar general o vómitos, hay que acudir a un servicio de urgencias, advierte Urkía. l