Boris Johnson fue elegido ayer nuevo líder del Partido Conservador británico en una votación entre los militantes de la formación y hoy asumirá el cargo de primer ministro con la promesa de culminar el Brexit el 31 de octubre.
Como se esperaba, Johnson, de 55 años, arrasó en estos comicios, convocados después de que la todavía primera ministra, Theresa May, dimitiera en junio por la crisis del Brexit al no conseguir que el Parlamento aprobase su acuerdo de retirada de la UE.
El exministro de Exteriores obtuvo 92.153 votos, frente a los 46.656 de su contrincante, el actual titular del Foreign Office, Jeremy Hunt, en una campaña que contó con una participación electoral del 87,4 % –160.000 militantes tenían derecho al voto–.
Tras ser declarado ganador, en un evento celebrado en el centro de conferencias “Queen Elizabeth II” de Londres, frente al Parlamento de Westminster, el nuevo líder prometió materializar el Brexit el 31 de octubre, unir al Reino Unido e impedir la llegada al poder del líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn.
Energía al país
Insistió en que “dará energía” al país y en que le contagiará de espíritu positivo y de un sentimiento de que las cosas se pueden “hacer”. En su breve intervención, Johnson agradeció el trabajo de May y a los miembros de su formación por el “extraordinario honor y privilegio” que le confirieron al elegirlo como su líder.
Desde la residencia oficial de Downing Street, May felicitó a Johnson y le prometió su “total” apoyo, en tanto que Corbyn recriminó al político el haber recibido el respaldo de unos pocos afiliados conservadores “no representativos” del país.
El próximo “premier” dejó claro que cumplirá con la fecha del “divorcio” de la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo, proceso que calificó como una apuesta “a todo o nada”.
Así, Johnson llega al poder con el principal cometido de desenredar el nudo del Brexit, una tarea compleja dada la oposición que hay entre los diputados de los distintos partidos políticos a una salida del bloque europeo sin consenso.
Dimisiones en cadena
Varios ministros del Ejecutivo de May, entre ellos el titular de Economía, el proeuropeo Philip Hammond, adelantaron que no servirán en el Gobierno de Johnson, mientras el ministro de Justicia, el también proeuropeo David Gauke, ya presentó ayer su renuncia.
Además, la secretaria de Estado de Educación, Anne Milton, renunció por su “preocupación” acerca de un Brexit a las bravas.
El cambio de primer ministro se producirá hoy cuando May acuda al palacio de Buckingham para presentar formalmente su dimisión a la reina Isabel II y comunicarle que su partido tiene un nuevo líder.
Después, el nuevo “premier” irá al palacio para celebrar la audiencia de rigor con la jefa de Estado, antes de trasladarse a la residencia de Downing Street para empezar a nombrar a sus ministros.
La formación del nuevo equipo de Johnson será seguida con atención por el sector empresarial, que desde hace meses pide a los políticos terminar con la actual incertidumbre del Brexit.
El director general de las Cámaras de Comercio Británicas (BCC, en inglés), Adam Marshall, pidió ayer a Johnson que evite un “’brexit’ confuso y desordenado”.
“El mensaje a Boris Johnson desde la comunidad empresarial en todo el Reino Unido no podría ser más simple: el momento de hacer campaña ha terminado y necesitamos que se ponga a trabajar”, dijo.
La elección de Boris Johnson eleva la probabilidad de una retirada sin acuerdo, aunque el consenso de analistas subraya que esta opción sigue careciendo de apoyos suficientes en el Parlamento británico y considera probable que la fecha de salida vuelva a ser aplazada más allá del próximo 31 de octubre.
En este sentido, la agencia Moody’s advierte de que la hipótesis de un Brexit caótico, en caso de materializarse, tendría “significativos efectos negativos” en la solvencia del Reino Unido, añadiendo que el prolongado periodo de incertidumbre ya resulta negativo al frenar la inversión a largo plazo, la expansión comercial y las decisiones de contratación.
Desde S&P Global, por su parte, se hace hincapié en que existe un tiempo limitado para negociar con la UE, que mostró escasa predisposición para reabrir el acuerdo pactado con Theresa May, por lo que consideran que Reino Unido buscará otro aplazamiento.