Desde el año 2015 se está grabando un largometraje, “La puerta del final”, que comenzaron unos jóvenes sin ningún tipo de financiación. Ahora, tras cinco años de recorrido, están editando todos los planos obtenidos a lo largo de esta odisea de grabaciones que se alargó debido a la inexistente subvención hacia una nueva generación de creadores. El estreno parece que se tercia cada vez más próximo, pensando que en verano podrán sacar a la luz esta historia ambientada en los años 80.
El ferrolano Alejandro López Carneiro, animador de Stop-Motion, director y realizador de la película, se ha convertido con tan solo 23 años en el eje central para empezar esta historia de ciencia ficción ubicada en exteriores ferrolanos.
Con la ayuda de amigos y conocidos ha conseguido que se haga realidad la historia, viendo dentro de poco su trabajo materializado en una proyección.
¿De qué estaba encargado durante el proceso de creación?
Yo hice las funciones de director, guionista y editor. También conté con unos siete actores gallegos y un compañero de Mérida que ayudó a arreglar los problemas que presentaban las cámaras tras llevar bastante tiempo grabando debido a la antigüedad de los equipos era algo que necesitábamos a menudo.
Hace varios años que se comenzó este proyecto. ¿Ha cambiado mucho desde entonces?
La idea central era crear un corto de animación, pero ya teníamos grabados 30 minutos y aún no había contado toda la historia. Entonces, pensé que tendría que ser un largometraje y lo hice real, con amigos que me ayudaron a dar vida a los personajes. Grabábamos cuando teníamos tiempo libre, en los veranos, y lo fuimos haciendo poco a poco. En definitiva, la historia que pensé siempre fue la misma y así se grabó, pero el tipo de grabación cambió.
En 2017 obtuvieron un primer premio con “Encontrado”. ¿Qué supuso el galardón?
El corto que hicimos lo presentamos un poco por probar suerte. No era nada planeado, pero tuvimos la grata sorpresa de que gustó y nos hicimos con el premio. Fue un subidón para seguir haciendo nuevos proyectos, como el que estamos a punto de finalizar este año. Siempre ayuda que reconozcan tu trabajo.
¿Qué tipo de equipos se utilizaron para la grabación?
Está filmada con medios fotoquímicos super 8 mm y 16 mm, con emulsiones soviéticas caducadas hace más de 30 años. Algo que caracteriza a esta producción y que, al mismo tiempo, llena de dificultades técnicas todo el desarrollo de realización, hasta acabar realizándola con sistemas analógicos de vídeo obsoletos.
¿Qué es lo que más le gusta de usar medios audiovisuales de hace casi 40 años?
La idea de utilizar equipos propios de los años 80 ha sido el gusto personal que tengo por el resultado que ofrece el emplear medios fotoquímicos. Este tipo de grabación supone también más dificultades técnicas durante la realización, dado que son equipos caducados y es complicado solucionar cualquier problema que produzcan. Finalizamos haciéndola con sistemas analógicos de vídeo obsoletos. Ha sido una gran experiencia a nivel personal por toda la gente que compusimos el equipo, y profesional al ser mi primer largometraje.
¿Cómo les ayudó la productora coruñesa IB Cinema?
Nos prestó, más que nada, ayuda técnica. Los efectos especiales que utilizamos son a la antigua usanza. Yo, que soy animador de Stop Motion, por ejemplo, empleo un recurso que uso con este proyecto. Gracias a las pantallas azules, cromas y personajes no reales que hicimos a partir de plastilina y látex. Los cromas nos lo facilitó la productora IB Cinema, el director y amigo mío personal Ignacio Benedeti, que es una gran eminencia, y contribuyeron con emulsiones caducadas y nos dejaron equipos; fue un gran apoyo.
¿Tienen ya fecha para el estreno?
Aún no, pero esperamos que sea pronto, concretamente este verano. Todas las escenas están grabadas y lo único que falta es editarlo y darle un sonido musical propio. Así que en unos meses ya estará listo para que todo el mundo que le guste la ciencia ficción lo vea y nos dé su opinión del trabajo final.
¿Por qué escogió recrearla en los años 80?
Es la época en la que se dejaron de realizar todos los medios que utilizamos para grabar las secuencias de la película y fue una buena época para poner en situación una historia de ficción que cumpliera con las expectativas de la época. Es una película con un gran entramado futurista donde quisimos inspirarnos en grandes producciones que nos marcaron a lo largo de nuestra vida como cinéfilos, incluyendo mucha imaginación que a nivel personal procedía de esa década.
¿Han tardado más al carecer de financiación?
Sí, eso es algo innegable. Al no tener recursos monetarios todo se ralentizó, es algo evidente, pues han pasado casi cinco años desde que empezamos a crearla y aún no está finalizada.
El título es “La puerta del final”. ¿Qué importancia tiene este elemento en la trama?
El título hace referencia al punto central para llegar a descifrar la película. La puerta es un elemento que aportará la explicación para comprenderlo todo.
¿En qué punto se hallan de la edición?
Quise hacerla sin pos producción digital y eso está haciendo que sea más laborioso el momento de la edición. Pero lo que importa es que el resultado sea el esperado y por eso seré fiel hasta el final a los medios precisos para terminar el trabajo que visualizaba. Quiero dotarlo de un aspecto ochentero por completo.
Era arriesgado usar un soporte que dejó de utilizarse hace muchos años. ¿Por qué no lo cambiaron?
El vídeo analógico era algo que estaba totalmente obsoleto, pero desde hace unos años se lleva volver a lo antiguo; lo retro es una moda. Me gusta este soporte analógico y por eso lo uso; tiene un toque especial, un resultado con encanto que no necesita filtros en la edición.
¿Qué recorrido hizo la película desde un pensamiento inicial hastda este momento?
Empezó todo como un corto de animación. Pero, como tenía tanto recorrido, me lancé a hacer una película de cine y con el tiempo hemos llegado a un grueso de película que tiene un duración de más de una hora.