La nueva ordenanza de terrazas, que fija la separación de las mesas y sillas de la fachadas y obliga a dejar espacios de tránsito para que la movilidad del peatón pueda coexistir con la mejora de los negocios de hostelería ha hecho que surjan nuevas posibilidades para la instalación de terrazas, como la ocupación de plazas de aparcamiento para su ocupación.
El establecimiento “La Bellota” del barrio de Ultramar ha sido el primero en inaugurar este tipo de instalaciones al aire libre, con una nueva terraza que permitirá, como explicó su responsable, acabar con agravios comparativos con otras zonas que cuentan con aceras más anchas y pueden, de este modo, cumplir la separación establecida de la fachada, o con los locales ubicados en calles peatonales o en plazas, donde se pueden instalar terrazas.
Como ya había anunciado en su día la concejala del área de Urbanismo, María Fernández Lemos, se autorizarán únicamente este tipo de terrazas en aquellas calles con aceras que tengan un ancho inferior a los tres metros. Las terrazas podrán ocupar toda la extensión de fachada del establecimiento y, para ello, tendrán que abonar la correspondiente tasa por la ocupación de espacio público –como si se tratase de un vado– y ser autorizado por un informe de la Policía Local que acredite que no obstaculizan el paso. Además, deberán contar con un cierre que delimite la zona y que, asimismo, proteja a los usuarios que se encuentren haciendo uso de las mesas y sillas del tráfico que circule por la calle en la que se coloque la terraza. Asimismo, se requiere a los propietarios, como en las demás instalaciones de terrazas, que guarden también ciertos criterios estéticos.
Plazas
La primera terraza en estacionamientos ocupa dos plazas de aparcamiento, aunque esto puede variar dependiendo del ancho de la fachada del local.
Las ventajas para el hostelero de “La Bellota” son evidentes, ya que, como explicó, el verano pasado tuvo que retirar su terraza de la acera para cumplir con la nueva ordenanza. Ahora, se abre, de este modo, la posibilidad de contar con mesas y sillas adicionales y en el exterior, como sucede en otras zonas de la ciudad, donde los espacios ya les permitían instalar mesas y sillas.
El responsable del establecimiento de Ultramar, Antonio Lugrís, explicó que la medida que se ha tomado “es beneficiosa para todos, tanto para los peatones, que pueden hacer uso de las aceras y no encuentran obstáculos a su paso, como para los hosteleros que, si no disponen de aceras anchas pueden optar por esta modalidad de terraza, sin quedarse cojos de servicios”. l