viendo algunos de los nombres que firman el manifiesto en el que se pide el cese de Iglesias por la estupidez de que este país no es una democracia plena se siente mucha nostalgia. Son hombres de todas las ideologías, de renombrados socialistas a exministros del PP. Lo único que les une es que se han hartado de las boutades del vicepresidente. Ellos aseguran que lo suyo es una “deslealtad, con sus propios compañeros de gobierno, con todas las instituciones del Estado y con una inmensa mayoría de españoles, que seguimos apostando por la democracia nacida en 1978”. El problema es que, por mucho que Sánchez sea consciente de que tienen razón no se la dará. Seguro que el colchón que se compró al llegar a La Moncloa tiene que ser muy bueno. FOTO: Pablo Iglesias | aec