“Dentro de tres meses, cuando la gente hable del Racing, nadie se acordará ya de si tuvimos Covid-19 o no, ni de la situación difícil que hemos vivido”. Las palabras de Pep Caballé nada más concluir el partido de Coruxo y con la mirada puesta ya en el trascendente choque ante el Unionistas condensan a la perfección el sentir de un equipo que pretende dejar atrás cuanto antes las anómalas circunstancias que ha vivido en las últimas semanas para centrarse en el futuro.
Ni el victimismo ni la autocompasión son una opción para un grupo que apuesta por el trabajo y por adoptar una postura más constructiva para llevarse los tres puntos en Salamanca. Sin embargo, una cosa es la actitud y otra la realidad y lo cierto es que, lo quiera o no, el coronavirus ha puesto al Racing “del revés” justo en el momento más importante de la temporada, cuando, tras la llegada de Cristobal Parrado al equipo, el técnico había encontrado la forma de sacar la mejor prestación de sus cartas.
Del Racing que ganó de forma consecutiva a Deportivo y Celta B poco tiene que ver, al menos en efectivos, del que lo hizo en la última jornada al Guijuelo. Sin duda, una de las líneas más afectadas, la defensiva, donde las últimas vicisitudes médicas han dejado propiciado una reestructuración profunda que podría prolongarse para el duelo del domingo.
Los positivos de Yeferson, quien superada su sanción había regresado con fuerza al once, y de un Pumar, indiscutible hasta el momento, abrió la puerta al debut de Mariano Gómez en los dos últimos encuentros. De cara al partido frente al Unionistas, ambos estarán a disposición de Cristóbal Parralo, aunque tras más de veinte días de inactividad, no estarán en las mejores condiciones. A ello se une la más que probable baja del lesionado Quique Fornos para concluir que, de tener hasta cinco centrales para elegir, el técnico cuenta con solo dos de ellos al cien por cien –Mariano y Jon García – y quizás vuelva a verse obligado a “reconvertir” a Rivada en lateral.
El coronavirus y las lesiones también han propiciado el debut de Marcos Moser, uno de los futbolistas que todavía no había contado con minutos desde que llegó al Racing el pasado otoño. Cristóbal Parralo lo ha sumado, como una pieza más, a un enrevesado puzzle en el que, por circunstancias diversas se ha visto obligado a hacer encajar piezas diversas.
El estado de Álex López, todavía renqueante tras su lesión, y el regreso de Peñaloza, después de cumplir ante el Guijuelo el partido de sanción que le acarreó la expulsión de Coruxo son variables a tener en cuenta a la hora de dilucidar los efectivos con los que el preparador podrá contar para esa final en el Estadio Reina Sofía. El partido del todo o nada en el que el que al Racing se le abrirán las puertas para seguir en la carrera por el ascenso a Segunda División o será relegado a esa vía secundaria que supone la lucha por una de las vacantes en la 1ª RFEF.