Lo que nos gusta una crítica. Debemos de tener algún tipo de complejo de inferioridad que nos viene de serie, si no, no se entiende nuestro gusto por menospreciar a cualquiera que reciba un poco de atención. Ha muerto Michael Collins, el piloto de la primera misión que llegó a la Luna, y nosotros seguimos diciendo eso de “pero si él no la pisó, si no salió de la nave; pringao”. Y se ve que así nos sentimos un poco menos irrelevantes para la sociedad. Porque “conducir” un módulo espacial debe de ser coser y cantar. Nada que merezca reconocimiento, sin duda. Qué le vamos a hacer, no nos da para más.