El sector pesquero y marisquero de la ría de Ferrol agoniza. A pesar de la mejoría en el banco de As Pías anunciada semanas atrás por la Consellería do Mar –y sobre la que las cofradías discrepan– y el supuesto incremento general en las capturas de pulpo durante el primer mes de campaña señalada este sábado por la directora xeral de Pesca, Mercedes Rodríguez; los profesionales ven, mes tras mes, como las prospecciones de capturas se alejan cada vez más de las cifras otrora registradas.
El último caso es la mencionada campaña del pulpo, que comenzó a principios de julio y que, si bien ha mejorado notablemente los resultados del pasado 2020, estos se mantienen muy alejados de la serie histórica. Y es que, según el portal oficial de Pesca de Galicia, durante el primer mes de esta temporada fueron capturados 608,2 kilogramos frente a los 104,1 de 2020; un aumento del 484,6% que se ve ensombrecido cuando se compara con los niveles previos a la pandemia. Visto en perspectiva, los resultados de julio de 2019 fueron de 1.722,8 kilos –un 183,22% más–; en 2018 de 1.073 (+76,4%); en 2017 de 1.064 (+75%); y en 2016 de 1.229,8 kilogramos –un 102,14% por encima del presente año–. Y todo esto teniendo en cuenta que 2017 y 2018 se consideraron años de crisis para la especie.
En contraste, el total de Galicia para esta especie, según apuntó el sábado la Xunta, fue de 180.000 kilogramos, lo que, señala, “multiplica por seis as rexistradas no mesmo período do ano pasado” –técnicamente esta afirmación también se aproximaría al balance de las cofradías de la ría, dados los bajos resultados registrados en 2020 a causa de la pandemia de coronavirus–.
Con respecto a esto, la patrona mayor de la Cofradía de Ferrol, Isabel Maroño, apuntó que la diferencia se aprecia “sobre todo en el precio” de los cefalópodos, que, por la ratio de demanda y volumen de capturas, alcanzó el segundo coste más alto del último lustro –en julio de 2020 se situó en 9,5 euros por kilogramo, solo superado por 2018, cuando se alcanzaron los 9,9 euros–. Este incremento también se experimentó en el conjunto del mercado gallego, con un precio medio de 9,22 euros y que, a su vez, también solo se vio superado por el coste general de la especie en 2018 –en plena caída de capturas–, que fue de 10,6 euros por kilogramo.
Como ya se había señalado, la producción de los bancos de la ría, pese a la mejoría anunciada por la Xunta, continúa en caída libre. A modo de ejemplo, la almeja babosa, una de las principales especies de Ferrolterra, registró el pasado julio un volumen de capturas de 1.904 kilogramos entre las cofradías de Ferrol y Barallobre. Si bien es cierto que en 2020, en plena pandemia, este balance fue de 935 kilos; el de los años anteriores –3.604 en 2019; 9.145 en 2018; 8.338 en 2017; y 12.541 en 2016– certifica la caída prácticamente en barrena del sector en Ferrolterra.
Con respecto a esto, Isabel Maroño reitera que “discrepa” de los resultados del estudio, apuntando que “se han abierto As Pías y se han visto los kilos de producto que se ha extraído”. “La mejoría no la encuentro; no hay una mejoría de un año a otro que muestre que [el banco] se esté recuperando”, afirma la patrona mayor. En cuanto al tema de las potenciales ayudas comunitarias para el sector –en referencia tanto a la baja producción como a los estragos del coronavirus el pasado año– Maroño lamenta que no haya habido avances, apuntando que “no hay ayudas, ni para el sector ni para estudios integrales de la ría. Somos una ría completamente abandonada al igual que el sector en ese aspecto; nadie quiere invertir en investigación ni en producción”.
Y es que, tal y como señaló Mar semanas atrás, uno de los principales problemas del área, la proliferación de la bacteria Perkinsus, continúa siendo un misterio. Los estudios realizados hasta el momento señalan que ni la calidad de las aguas ni su composición parecen ser las causantes de su reproducción.