El Cantón de Molíns fue ayer el escenario escogido por la central sindical CIG para llevar a cabo una quema simbólica de facturas de electricidad como una señal de protesta contra las subidas abusivas que están sufriendo estos recibos en los últimos meses y para reclamar la recuperación de las centrales hidroeléctricas, la puesta en marcha de una tarifa eléctrica gallega y que se reconozca la energía como un derecho universal.
Esta es la convocatoria que el sindicato realiza en las últimas semanas contra lo que considera “a estafa da luz” que está “abocando á clase traballadora á pobreza enerxética” mientras “as eléctricas acumulan beneficios millonarios”.