Cerca de ocho mil espectadores fueron testigo del partido más esperado de la temporada. Fue el primer gran encuentro que se vive desde la irrupción de la pandemia y, después de todo el ruido formado a lo largo de la semana a través de las redes sociales, el choque discurrió de una manera correctísima: la mayoría animando al Racing, pero una buena cantidad –además de los 900 situados en la grada de Gol Norte, muchos otros estaban “inflitrados” en otras zonas del campo– apoyando al Dépor.
Cada uno aplaudió a los suyos –los deportivistas ya lo hicieron con la llegada del autobús a A Malata–, pero lo importante es que el encuentro discurrió sin incidentes. Un ejemplo de lo que debe ser una fiesta del fútbol provincial en cualquier categoría.