Diez años después de la muerte de su padre y de heredar las riendas de Corea del Norte, Kim Jong-un es hoy un líder consolidado y reconocible en todo el mundo, aunque su vida privada sigue siendo un misterio que desata fascinación y rumores descabellados a partes iguales.
Kim (cuyo nacimiento se estima en 1983) contó al parecer con competidores a la hora de heredar el trono en el seno de su familia, tal y como le pasó a su padre, Kim Jong-il, que acabaría imponiéndose a su tío, Kim Yong-ju, y a su medio hermano, Kim Pyong-il.
Según lo narrado por Kenji Fujimoto, el que fuera chef y hombre de confianza de Kim Jong-il, para principios de los 2000 el entonces líder ya se había decantado por él en favor de su hermano mayor Kim Jong-chul y su medio hermano (también mayor que él), Kim Jong-nam, considerado durante años como el favorito.
Los pocos compañeros capaces de hablar de sus años estudiando en Suiza (ha sido el único líder de la dinastía educado en el extranjero) a finales de los noventa recuerdan a un chico tímido pero amigable y absolutamente obsesionado con el baloncesto y Michael Jordan.
Fujimoto, que durante años fue la fuente más cercana a los Kim, recuerda que en su adolescencia ya bebía destilados y fumaba, aficiones que visiblemente ha arrastrado hasta la edad adulta y compartido con uno de sus ídolos, Dennis Rodman, cuando el exbaloncestista estadounidense ha visitado Corea del Norte.
Su llegada al poder estuvo sucedida por una serie de purgas, maniobras a la que también recurrieron en su momento su padre y su abuelo, Kim Il-sung, fundador del país.
En ese sentido fue muy notoria la ejecución en 2013 de Jang Song-thaek, su tío político (estaba casado con la hermana de su padre, Kim Kyong-hui) y su mayor contrapeso dentro del régimen, por "crímenes contra el estado y el pueblo".
Igualmente brutal fue el asesinato, propio de una película de espionaje, en 2017 de su medio hermano, Kim Jong-nam, al que unas jóvenes, contratadas y entrenadas por funcionarios norcoreanos, envenenaron con gas nervioso en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
En el terreno diplomático, Kim Jong-un ha alcanzado cotas a las que su abuelo (que fue un referente para los países no alineados) y su padre (mucho más introvertido y con miedo a volar) nunca tuvieron acceso.
Además de protagonizar varias cumbres con los presidentes surcoreano, chino o ruso, Moon Jae-in, Xi Jingping y Vladimir Putin, los avances en materia armamentística durante su mandato le permitieron ser el primer líder norcoreano en reunirse con un jefe de Estado estadounidense, al verse con Donald Trump por primera vez en 2018.
Con todos ellos ha parecido mostrarse cómodo y el propio Trump aseguró que entre ellos hubo mucha química y que se formó una "gran relación".
A su vez, dos de las cosas que sí comparte con su abuelo son el gran parecido físico, algo que el régimen ha intentado capitalizar desde que ascendió al poder, y el hecho de que optó por presentar en sociedad a su mujer, Ri Sol-ju.
Su padre, Kim Jong-il, nunca otorgó a ninguna de sus concubinas el rango de primera dama, un privilegio del que sí ha podido disfrutar Ri -cuya existencia la propaganda norcoreana hizo pública en julio de 2012- en varias de las cumbres con líderes internacionales mencionadas anteriormente.
La inteligencia surcoreana cree que ambos han tenido tres hijos, uno de los cuales sería una niña llamada Ju-ae, según contó Rodman al regresar de una de sus visitas.
El tradicional hermetismo del régimen hace que conocer más detalles sobre la vida familiar o la personalidad del dictador resulte imposible.
En ese sentido, otra de las personas que han estado al lado del líder a lo largo de esta década y que a día de hoy sigue resultando un completo enigma es su hermana, Kim Yo-jong.
Los expertos lograron identificarla por primera vez cuando apareció, en segundo plano, en el funeral por Kim Jong-il que se celebró en Pionyang el 27 diciembre de 2011.
Sin embargo, y pese a alguna otra aparición esporádica, los medios norcoreanos no se refirieron oficialmente a ella hasta el 9 de marzo de 2014, cuando acompañó a su hermano a votar en las parlamentarias que se celebraron aquel día.
A diferencia de su medio hermana Kim Sol-song, de la que apenas existen siquiera imágenes, Kim Yo-jong ha pasado a ocupar un rol cada vez más activo dentro del régimen, especialmente en el terreno diplomático.
Y es que además de asistir a su hermano durante las cumbres, ha ejercido desde 2020 como una de las principales portavoces del régimen a la hora de lanzar mensajes incendiarios al Sur o a EE.UU.
La inteligencia surcoreana ha desmentido en todo caso los rumores sobre un supuesto golpe de Estado que ella misma habría estado preparando o sobre la propia salud de Kim Jong-un, que según el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) se encuentra bien tras haber perdido en torno a 20 kilos este año en su batalla contra el sobrepeso.