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lunes | 19 agosto | 2024
El primer número de Diario de Ferrol aterrizó en los quioscos tal día como hoy hace 25 años. El archivo de la cabecera ferrolana empieza el 2 de junio de 1999 y, desde entonces, el periódico ha estado recogiendo diariamente la información más relevante de las comarcas, especialmente de la ciudad naval que lleva en su nombre.
Centrados en Ferrol esta vez, son diez paradas en la hemeroteca las que se enumeran a continuación para hacer memoria. Acontecimientos que marcaron el devenir de la ciudad hace un cuarto de siglo: visitas, reformas, obras, despedidas y eventos. El relato vital de la ciudad desde junio a diciembre del año en el que nos despedimos de los noventa con miedo al "Efecto 2000".
El Príncipe de Asturias, hoy rey Felipe VI, visitó Ferrol el lunes 7 de junio, aterrizando a las 11.15 horas en la Escuela de Energía y Propulsión de la Armada –hoy, la Antonio de Escaño–, donde fue recibido por el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Moreno; el almirante jefe del Estado Mayor de la Zona Marítima del Cantábrico, Pedro Español Jofre de Villegas; el almirante jefe de la Zona, Rafael de Morales Romero, y el almirante jefe del Arsenal, Miguel Ángel Fernández, entre otras autoridades.
La visita sirvió para pasar revista al batallón de alumnos y conocer las instalaciones, tomándose además un aperitivo preparado en la Escuela de Hostelería de la Escuela de Agraña antes de marcharse a las 15.30 horas.
La constructora ACS estaba en aquel mes de junio de 1999 construyendo la primera fase del nuevo mercado de A Magdalena, que finalizaría en agosto. Los placeros estaban instalados desde hacía once meses en esa nave “provisional” que no se derribó hasta hace un año y los trabajos estaban presupuestados en 1.250 millones de pesetas. Entretanto, el antiguo edificio de la Escuela de Idiomas –en la calle Real, donde estaba Maestría– hacía aguas, desplomándose los techos de varias aulas y obligando a la institución a trasladarse a un centro educativo. Había 2.100 personas matriculadas.
En 24 de agosto comenzaban las obras de la Estación Biolóxica de A Graña y el 11 de noviembre se informaba del inicio de los trabajos de construcción del actual Gran Hotel por parte del grupo Valencia. Siguiendo el capítulo de estrenos, el Concello aprobaba en diciembre la entrega del edificio de usos múltiples de la plaza de España a la Xunta de Galicia y las delegaciones de las consellerías “preparan su inmediato traslado”.
En noviembre, la Xunta y los ministerios de Fomento y Defensa unían fuerzas para rehabilitar el edificio de Herrerías en el que se proyectaba el actual Museo de la Construcción de Exponav, mientras que en diciembre, un millar de vecinos acudía a la reinauguración de la iglesia de Santo Domingo, en Ultramar, donde se celebró una misa presidida por el obispo Gea Escolano. Además, el 2 de diciembre se anunciaba que, antes de finalizar el año, llegaría el gas natural a 4.000 hogares ferrolanos.
Pero antes, el 16 de agosto, se iniciaban las obras que convertirían a la calle Dolores en un espacio peatonal, siguiendo la tendencia que se había aplicado en la calle Galiano. Finalmente, cerrando el capítulo de urbanismo, Caixa Galicia se hacía el 30 de septiembre con el antiguo Gobierno Militar de Ferrol para establecer su centro cultural, hoy Afundación, en una gestión no exenta de polémica puesto que el Concello también pujó por el inmueble sin poder superar los 250 millones de la entidad bancaria.
El Cine Avenida se despedía de los ferrolanos en el mes de junio después de 56 años de proyecciones. Decía el reportaje que “la mercadotecnia solo tiene un reino, y es el de la demanda”, destacando que la sala “sabe lo que es suspender una sesión por falta de público” y valorando que tenía “escasas posibilidades de competir con salas multicine”. No fue el único adiós. En el mismo mes y en la misma manzana de Dolores, Simago contaba las horas para iniciar la reforma que lo llevaría a convertirse en Champions.
“Ferrol se volcó en la inauguración de la estatua de González-Llanos”, se leía en el titular del 18 de septiembre para referirse al homenaje que la ciudad decidió rendirle al “artífice de la expansión de Astano” al descubrir el monumento, que se empezó a instalar en la rotonda de la avenida de Esteiro en junio.
Si hay un evento multitudinario que se recuerda todavía desde 1999 fue la concentración de Grandes Veleros Xacobeo 99 que trajo consigo en el mes de junio de nuevo a Ferrol al ‘Juan Sebastián de Elcano’ a Ferrol. El puerto de Curuxeiras se convirtió en un museo de buques emblemáticos y tanto su entrada conjunta como su salida por la boca de la ría despertó gran expectación y dejó imágenes icónicas.
Dos centros escolares de Ferrol cambiaron su denominación hace 25 años. Por un lado, el 25 de junio se publicaba que el IES de Caranza pasaba a llamarse Rodolfo Ucha para “rendir homenaje al arquitecto que dejó su inconfundible sello modernista en las galerías y edificios ferrolanos y que estuvo íntimamente ligado a la historia de este centro”. En agosto, la comisión informativa de Educación del Concello abordó la posibilidad de que el colegio Reyes Católicos usase el nombre de Cruceiro de Canido a petición del consejo escolar.
Gabriel Vázquez Seijas, el sacerdote de Canido que da nombre a una calle por petición popular tras 20 años de trabajo en la parroquia trabajando por los más vulnerables, recibía sepultura el 3 de agosto en Catabois en un multitudinario entierro. “Fue durante muchos años un punto de referencia tanto para sus feligreses como para sus allegados”, decía el obituario, destacando también su labor en Cáritas y su implicación con los más jóvenes. El cura fallecía de forma inesperada en un accidente de tráfico que sufrió el 2 de agosto en Cuntis.
“Cientos de ferrolanos contemplaron en eclipse a través de un monitor”. El miércoles 11 de agosto de 1999 se hizo noche a plena luz del día y la empresa Iris Producións, con la colaboración del Concello, instaló un televisor en la plaza de Armas con imagen en directo para que la gente no mirase directamente al cielo ante posibles daños oculares. De hecho, la residencia reforzó esos días su servicio oftalmológico.
Unos 150 jóvenes iniciaban la mili en el Cuartel de Instrucción de Marinería de Ferrol en el mes de noviembre en los últimos coletazos de un servicio militar obligatorio que dejó de prestarse en 2002. Tan solo un mes después, el 15 de diciembre, Diario de Ferrol ofrecía la primera información sobre el convenio con el Ministerio de Defensa que aun se materializó el pasado año 2023: “Defensa y Concello comienzan hoy el proceso negociador de instalaciones”, se podía leer. El entonces edil de Urbanismo, Xosé Lastra, decía que “existen propiedades que todavía están ocupadas por Defensa que interesarían al Ayuntamiento, como es el caso del Sánchez Aguilera”.
Quizás desbloqueemos un recuerdo al hablar del Efecto 2000 que dio muchos quebraderos de cabeza en 1999, cuando no se sabía cómo funcionaría todo al tener que cambiar de dígito a la medianoche. De ahí que también en Ferrol se organizase un comité de contingencias con Bomberos, Policía Local y Protección Civil, además del propio alcalde –Xaime Bello–, concejales y funcionarios, para tomarse las uvas en el consistorio. Su labor era supervisar los servicios municipales, como el agua; tomar medidas en caso necesario y “tranquilizar a los ciudadanos porque no hay motivo para la preocupación”.
