Vestigios de un pasado no tan lejano en el museo etnográfico de A Capela

Las instalaciones albergan cerca de 4.000 piezas, cedidas en su mayoría por los vecinos de la comarca
Vestigios de un pasado no tan lejano en el museo etnográfico de A Capela
Taller de zapatería I Eume Territorio Vivo

Los museos etnográficos como el ubicado en el municipio de A Capela juegan un papel fundamental en la recuperación de la memoria y ayudan al visitante a comprender cómo era la vida en un pasado no tan lejano.


Estas instalaciones comenzaron a fraguarse en 2001 con piezas recolectadas por el alumnado del colegio Mosteiro de Caaveiro desde 1981 y, a día de hoy, se han convertido en un archivo viviente que preserva objetos, profesiones y costumbres que forman parte del ADN cultural de la comarca y de la vida del rural gallego.


Abel Fraga es el presidente de la entidad que ha impulsado este museo. Recuerda “ver todos eses obxectos colgados dos corredores do colexio” y que la iniciativa surgió para que “os nenos daquela, que agora actualmente son pais e nais, visen de onde viñan”. Esta experiencia sociopedagógica permitió a los más pequeños de la época conocer sus raíces, un objetivo que comparte en la actualidad el museo.


Este centro ubicado en el corazón de A Capela se articula, en realidad, como una red de museos relacionados entre sí. Está formada por tres espacios diferenciados: A Casa do Pazo, el Parque Etnográfico do Sesín y A Escola.

 

Museo por fuera
Eume Territorio Vivo


En el primero de ellos, el inmueble data del siglo XV –primero casa prioral y, posteriormente rectoral– y es a día de hoy la sede central del museo. Se ubica en un entorno privilegiado, junto a la iglesia parroquial, en donde comienza el antiguo camino medieval que se adentra en el Parque Natural Fragas do Eume hacia el monasterio de Caaveiro. En ella se ofrece al visitante una visión íntima y detallada de cómo funcionaba una casa de labranza en la comarca. 


Fraga destaca la importancia de este enclave para comprender el modo de vida de entonces, con multitud de objetos relacionados con las diferentes dependencias que componen la casa –hórreo, alpendres, horno...– y los diferentes oficios tradicionales de la época. “Houbo moita evolución e as profesións refixéronse, buscando novas vías para manter eses traballos. Os cerralleiros, por exemplo, antes poñían remaches a culleróns, añañaban potas, tixolas... Os forxadores adicábanse a facer pezas metálicas, ben para reparar ou novas”, comenta Fraga. Muestra de esta evolución la encontramos, por ejemplo, en objetos tan curiosos como un taladro para reparar piezas de loza con grapas. “Agora se algo se rompe, tirámolo. Antes era moito máis económico reparalo”.

 

Molde
 


Algunos de estos oficios disponen de estancias propias en las que se muestra y se recrea la profesión. Es el caso, por ejemplo, del taller de zapatería o del apartado sobre la confección de tejidos y la sastrería.
Toda esta recopilación de piezas pertenece, en su mayoría, a los vecinos y vecinas de A Capela. “Coa ampliación que se fixo do museo e o cambio de espazos, foron chegando pezas doutros lugares limítrofes como poden ser Cabanas ou As Pontes. En definitiva, son obxectos procedentes dos concellos da redonda. Temos outro chegados de máis lonxe, como unha roda de fiar de Ourense, pero a maior porcentaxe son de aquí”, añade Fraga.

 

Tejidos
 

 

Ingenio popular

Uno de los aspectos más cautivadores del museo es, sin duda, su colección de objetos antiguos, muchos de los cuales sorprenden al visitante por su ingenio y sencillez. Es el caso, por ejemplo, del destetador de terneros –creado para ayudar al ganadero a que el becerro dejase de mamar de la vaca– o del “petón”, una especie de precursor del pastor eléctrico que permitía a los vecinos y vecinas de la zona mantener a salvo sus cultivos con la única ayuda de la lluvia –el agua se acumula en el artilugio, provocando un balanceo del mismo y produciendo un sonido metálico que ahuyentaba a los animales–.

 

Petón
 


Cartillas de racionamiento, aparatos relacionados con el campo –como matrículas antiguas para carros o un potro para herrar el ganado– o un molde para elaborar hostias completan el decálogo de objetos curiosos que albergan las instalaciones.

 

Matriculas
 


Estos ingenios muestran la creatividad de los antepasados a la hora de resolver problemas y ponen de relieve, además, su estrecha relación con el medio que los rodeaba.

 

Potrp
 


La red de espacios que componen el museo incluye también el Parque Etnográfico do Sesín.  En esta zona el visitante puede comprobar cómo la intervención humana ha moldeado el paisaje sin destruirlo, empleando los recursos que le ofrecía la naturaleza, con la instalación, por ejemplo, de molinos de agua.
El tercero de los espacios, A Escola, permite realizar un viaje en el tiempo para conocer cómo funcionaban las escuelas unitarias en el rural gallego. En ella se encuentran auténticas reliquias como pupitres de madera, ábacos o cuadernos.


Se ubica en la Casa da Cultura  de As Neves y se distribuye en dos plantas. En la baja se recrea un aula típica del franquismo y la casa-habitación del maestro. En la superior, se exhibe una amplia exposición de diversos materiales didácticos –documentos, fotografías y todo tipo de utensilios escolares– que reconstruye la historia del ámbito educativo en A Capela desde mediados del siglo XIX hasta la puesta en marcha del actual colegio.

 

Piezas


La colección que alberga el museo etnográfico de A Capela ronda las 4.000 piezas, muestra de la importancia que juega este espacio para comprender la evolución en la forma de vida de la sociedad, en un compromiso colectivo con la memoria.

 

Destetador
 


Aquellos que deseen conocer las instalaciones pueden hacerlo los domingos y festivos, en horario de 11.30 a 13.30 y de 16.00 a 18.00 horas. 

Vestigios de un pasado no tan lejano en el museo etnográfico de A Capela

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