Pasan los años y si alguno cree que San Valentín ha pasado de moda está equivocado. Comercio y hostelería se encargan de que no nos olvidemos, con propuestas divertidas, apetitosas o tan completas que quedar bien con la pareja no es nada complicado. Hoy todo se tiñe de rojo y pese a los “grinch” de la fecha, hay que regalar. Tampoco es necesario tener consorte, la sologamia sirve de excusa para comprar lo que uno quiera para sí mismo.