En los 2000 nacía en Copenhague un nuevo concepto, el de biblioteca humana. Desde entonces se ha extendido por muchos países y ha sido aprovechado para divulgar cuestiones de todo tipo, sin necesidad de hacer uso de conferencias o charlas. La conversación directa hace más amena la asunción de información, como ocurrirá, sin duda, con los proyectos de las siete investigadoras del Campus industrial ferrolano que se convierten en “libros” para acercar la tecnología al público.