Como Abel Caballero, tenemos preguntas sobre el Mundial 2030. Las iremos planteando en este córner. La primera llega al hilo de la actualidad. Según ‘El Mundo’, el CSD maniobró en junio para que Vigo fuese una de las elegidas. Propuso introducir un criterio de valoración (que al final no se aplicó) para “garantizar” esa sede en concreto. Pudo haber planteado que se puntuase que el nombre de la ciudad “empezase por uve y terminase por o”, pero, para disimular, propuso que sumase “la vecindad” de la sede con la frontera de los otros dos países organizadores, condición que (¡casualidad!) solo cumplía Vigo. El CSD (que, como la Fiscalía, depende de quien depende) quiso impulsar Balaídos. ¿Por qué? ¿Qué intereses tenía este organismo para actuar así? Es la misma entidad que, con el proceso en ciernes, aseguró que Galicia tendría una única sede, en ningún caso dos. En A Coruña ya sabemos por cuál ‘tifaba’ el CSD. Lo que desconocemos es el motivo.