La mañana de Navidad acostumbra a ser un momento de ilusión en los hogares. Un momento que se extiende por toda la jornada y que, pese al aumento de los regalos tecnológicos, sigue dejando estampas clásicas de niños y niñas estrenando bicicletas, coches radiocontrol, balones de fútbol o el juego de moda de turno. Hay más pantallas, sí, pero la ilusión navideña toma las calles igual.