La finca de los Mariño es punto de encuentro de los paseadores de perros, sueño de los que fantasean con un chiringuito glamuroso mirando a la bahía y cimiento de poblado marginal. Y aunque las dos primeras opciones despiertan sentimientos encontrados, la que preocupa es la tercera. Porque, salvando las distancias, no queremos repetir lo de A Pasaxe.