“Isto sucedeu hay moito, moito, tempo..., eu non estaba alí, min a túa nai, nin a túa avoa... Contáronme como foi, porque ningúen o soubo escribir”, así comienza a hablar Ana María Pérez Rico de la historia de un enfrentamiento que a pesar de suceder en Sedes, es desconocido para una gran parte de los naroneses y sus vecinos.
En marzo de 1918 la escasez de productos de subsistencia unido al encarecimiento de la vida, hizo que el pueblo llano se levantase contra el sistema. Es más, fueron ellas, las mujeres del momento, quienes plantaron cara.
La subida de los precios en los alimentos, provocado por factores como la venta masiva de producto a los países parte de la Primera Guerra Mundial, sumado a los impuestos –que no se repartían de manera equitativa entre el pueblo– provocó que en las localidades de la zona comience a proliferar la llama de la protesta.
Entre Neda y Narón, en Xuvia, nace la primera manifestación después de que “o gobernador pohíbe a saída de trigo para a comarca o cal fai que o pan teña un prezo moi alto e que escasee. Un grupo de mulleres intenta reunirse cos alcaldes destas localidades e, ao non conseguilo, empezan unha protesta perante negocios e comercios da zona sendo dispersadas por disparos”, explican desde la Comisión REvolta Popular Marzo 1918.
También las vecinas de Serantes, bajo el grito “Temos fame!, Abaixo os acaparadores” salieron a la calle el día 11, una jornada que se saldó con la muerte de dos niños de 12 y 16 años. Al día siguiente fueron las de Maniños quienes protestaron en un intento de cambiar la situación.
En sedes el día 13 de marzo de 1918 es jornada de feirón, “e tanto o alcalde como algúns concelleiros que teñen negocios son acusados de acaparadores e de querer vender trigo por riba dos prezos fixados”, explican desde la comisión. Ante esta situación, las naronesas deciden protestar ante la casa del alcalde, donde las espera la Guardia Civil. Comienzan las pedradas por parte del pueblo y la represión viene en forma de balas.
Este fin de semana se conmemora el 107 aniversario de la “Revolta das Pedradas”, acordándose de Valetín Dapena Pereira y Juan Torres Picallo –los vecinos adolescentes de Ferrol–, pero también de los asesinados en el término municipal naronés: Josefa Díaz Mosquera, Francisco Delgado Villarnovo, José Couce García, Valentín Muíño, Amalia González Fernández, Manuel Romero Romero y María González Fernández.
“Cando contamos a historia sempre se recolle o nome de grandes personalidades, normalmente homes, para que queden para a posteridade, mais todos e todas sabemos que esta se constúe coa fazaña de moitas mulleres e homes anónimos que coas súas propias mans cambian o mundo”, asegura el comité, por lo que “cremos de xustiza salientar cando menos os nomes de aquelas persoas que coñecemos, para que a súa lembranza pese máis que os que nos quixieron escribir a historia que agora si conta o pobo”, aseveran.
En este sentido, aseguran que continuar poniendo en valor esta fecha es necesario para “encarar o futuro. Temos que recoñecer a quen fixo un traballo pola liberdade e pola democracia e, neste caso, tamén polos dereitos da muller. Hai moitos logros que se conseguiron daquela e se hoxe o celebramos é para saber que somos un pobo con historia e con espíritu de rebeldía”, explican. Por eso mismo se acuerdan también de los heridos: Josefa Noval, Rosa Tenreiro, Juan Cánocas, Alfredo Taboada, Ángel Camino, María González, Rosendo López, José Ramón Pérez, Carmen Felgar, Eusebio García y Feliciana Couce.
De esta manera, y aunque parece que estas fechas quedan muy lejos al tratarse del siglo pasado, quienes se ocupan de mantener esta parte de la historia viva aseveran que “nestos tempos nos que parece que temos que baixar os brazos, hai que ter unha mirada optimista e saber que houbo xente, nun contexto tan complicado, que conseguiu o seu obxectivo a través dunha revolta”.
Por todo ello, la comisión considera que "hai un fío entre hoxe e o que se viviu en 1918”, en relación con la “carestía de produtos básicos que se está a notar nos fogares da mesma forma que fai un século”, exponen.
A pesar de todo, explican que “son tempos de excepcionalidade que poden cambiar”.
Así, hay quien no olvida a los que un día pelearon por conseguir derechos, pero tampoco a las que, como las vecinas de Sedes y otros municipios de la zona, lucharon por mantener los que tenían, a pesar de que alguna respuesta tuviese forma de proyectil. Este homenaje tiene una fecha, sí, pero es una parte de la historia y del patrimonio. Legado intangible que forma parte del pasado y que, paradójicamente, se puede ver en el presente.