Los residentes en el municipio de Pontedeume se han despedido en las últimas horas de dos elementos que formaban parte del paisaje de la villa desde hace mucho tiempo. Hablamos de un par de ejemplares de palmera que el ejecutivo local decidió cortar y retirar para prevenir cualquier incidente.
Y es que, tal y como explicaron desde el Consistorio a preguntas de este diario, el personal de mantenimiento de parques y jardines advirtió en las últimas jornadas del “elevado riesgo de desprendimiento de la copa” que presentaban.
¿El motivo? A estas alturas, la respuesta a la causa de un corte de palmera es cada vez más habitual: el picudo rojo. Este insecto coleóptero de la familia de los gorgojos, muy reconocido por su color óxido, perfora con sus larvas el tronco del árbol, lo que conlleva su colapso estructural.
Esta no es la primera vez que el ejecutivo eumés se ha visto en la obligación de acometer este tipo de trabajos. La presencia de este insecto hizo que hace unos meses se tuviesen que cortar dos ejemplares en los jardines de Lombardero.
En la actualidad existen también más palmeras afectadas por esta plaga en el municipio, situadas algunas de ellas en fincas de titularidad privada, lo que dificulta las labores de prevención para erradicar el problema.
El Rhynchophorus ferrugineus, de origen asiático, se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza desde su aparición en la península en 1994 –a Galicia no llegó hasta 2013–.
Entidades ecologistas como Adega consideran desde hace tiempo esta plaga como “imparable” y advierten de que será cuestión de tiempo que este insecto se lleve por delante la práctica totalidad del patrimonio natural que conforman las palmeras en Galicia.