Llegó a producir 450.000 alevines de besugo y 70.000 de rodaballo al año. Fue, además, un centro pionero en el ámbito de la investigación, colaborando, por ejemplo, con el Instituto Español de Oceanografía. Pero en la actualidad, no es más que un amasijo de basura y residuos en pleno paraje natural frente a la costa.
Se trata de las instalaciones de la antigua piscifactoría de Meirás, en Valdoviño, ubicada entre la playa de Os Botes y la ermita de A Virxe do Porto y edificada en una propiedad de titularidad privada –ocupa, sin embargo, una pequeña parcela en zona de dominio público, dependiente de Costas–.
Su estado de abandono preocupa a los vecinos y vecinas del municipio que acostumbran a pasear por la zona. Es el caso de Andrés Souto, que advierte de la peligrosidad que supone, por ejemplo, la presencia de pozos o canalizaciones abiertas de bastante profundidad. “Allí entra y sale quien quiere, no hay ninguna restricción al paso. Hay agujeros de cinco metros, donde estaban las piscinas de los peces. Creo que llegan camiones con volquetes y tiran allí de todo. Hay colchones, sillas, ruedas, neveras, incluso asientos de un autobús”, censura este valdoviñés.
Apunta, asimismo, a que la zona cuenta con un gran atractivo turístico. “Es uno de los entornos más bonitos de la comarca. Es cierto que ahora en invierno hay menos gente por el lugar, pero aquello se ha convertido en un vertedero a la orilla del mar. A nivel turístico es una desgracia, pero a nivel ambiental, incluso más”, lamenta Souto.
Desde el Concello explican, a preguntas de este diario, que llevan tiempo trasladando la situación a la Consellería do Mar y a la Demarcación de Costas y que al tratarse de una propiedad privada, no tienen competencias para poder abordar el problema. “En su momento lo pusimos en conocimiento del Juzgado y se nos autorizó a poner señalización de peligro en la zona, pero la roban reiteradamente”, indica el ejecutivo valdoviñés.
Por su parte, el departamento de Mar de la Xunta explica que la firma Luso Hispania de Acuicultura S.L. cuenta con una concesión y permiso de actividad vigente “segundo a Resolución de 14 de febreiro de 2018 pola que se prorroga ata o día 04/12/2027”, pese a encontrarse la empresa en concurso de acreedores.
Sostienen, asimismo, que se trata de una cuestión que corresponde atender al administrador concursal, tanto para comprobar su estado actual como para actuar frente a las cuestiones relativas a la limpieza y seguridad de la parcela.
Mientras tanto, el malestar entre los vecinos del municipio crece y como dice el refranero popular, “unos por otros, la casa sin barrer”.