La Navidad es una de las épocas que más fervor suscita entre los más pequeños y esto no es de extrañar, puesto que Papá Noel y los Reyes Magos de Oriente solo se personan en las casas una vez al año.
Cargados de regalos y exhaustos tras unas jornadas que les hacen recorrer la totalidad del globo, estos portadores tienen esta vez una misión especial: hacer posibles unas celebraciones para familias que, después de un desastre natural como la DANA, tienen, este año, menos opciones de que sus cartas lleguen.
Es por eso que, en Narón, hay quien ha decidido que, para esta ocasión, hacía falta más pajes de lo normal y han contactado con las grandes figuras navideñas para hacer posible que estas fechas mantengan la esencia de la felicidad y un augurio esperanzador.
Esta vez, varios establecimientos de la localidad funcionarán como lugar de recogida. A Tenda de Sara, las jugueterías Din&Don y Muíño do Fabal y la librería Galicia, después de arduas negociaciones con los líderes navideños, han conseguido que sus locales sean un centro logístico haciendo, así, un poco más ameno el trabajo de los tres reyes y su compañero del Polo Norte.
Esta vez, los pajes –encargados de la fabricación de regalos normalmente– serán todos aquellos que quieran y puedan. Es decir, estos negocios abren sus puertas a los vecinos y vecinas que quieran colaborar con esta iniciativa solidaria.
Carolina Castro está a la cabeza de A Tenda de Sara, también de la propuesta a la que se han sumado el resto de comercios. Este establecimiento lleva años comprometido con diversas causas sociales y así lo demuestran las cuantiosas donaciones que han realizado a la Asociación Española Contra el Cáncer, cerca de los 4.000 euros, o a otras situaciones como las vividas en Lorca o en La Palma.
Esta vez, serán los más pequeños y pequeñas de Valencia los benefactores de una idea que nació en la trastienda. “Era nuestro aniversario y queríamos hacer algo, pero con toda la situación que se estaba viviendo no nos parecía un momento de celebración”, aseveró Castro. Ahí fue cuando, a través de las redes sociales de la actriz María Castro, conocieron la iniciativa de la “juguetería solidaria”.
“Comenzamos haciendo una donación del 5% por cada compra y, cuando nos dimos cuenta, teníamos algo más de 200 euros. La idea era tramitarlo a través de asociaciones de renombre, pero cuando conocimos la iniciativa de la artista nos pareció que encajaba muy bien con lo que queríamos hacer”, explicó.
Yendo de puerta en puerta, llegó a la juguetería Din&Don, donde sus dueñas, María Amil y Carmen Fernández, no dudaron en sumarse a la causa.
Ellas ya estaban implicadas, trabajaban con All Dance Studio –que desde el primero de noviembre se convirtió en un punto de recogida de alimentos no perecederos y ropa–. Ahí vieron que había quien también traía “juguetes usados” y, como cómplices de la ilusión que son las jugueteras, decidieron colaborar con Castro.
Todos los establecimientos cuentan con unas cestas en las que, todo aquel que quiera, puede sumarse. Así, esta idea de “amigo invisible” a gran distancia, ha conseguido en apenas cuatro días llegar a los más de 500 euros recaudados. Además de la colaboración meramente económica, presentan otra opción, la compra de algún producto que acabará en las manos de un niño o niña valenciana en una “época tan marcada para ellos”.
Esto tiene dos beneficios claros, el primero y más obvio, la consecuencia de una Navidad menos complicada para los de Levante pero, también, la puesta en valor del pequeño comercio de Narón.
Aún así, Amil, por su parte, tiene claro que las puertas de su establecimiento no solo están abiertas para recibir sus propios productos. “Nos da igual que compren en nuestra juguetería o en otra, lo importante en situaciones como esta es la participación. Aquí recogeremos todo lo que recibamos”.
Ellas ya tienen experiencia en estas campañas ya que, al fin y al cabo, su papel como pajes se tramita cada año. Normalmente, trabajan con el Centro de Recursos Solidarios de Narón.
Entra, en este punto, otra cuestión clave. Muñecas, camiones, figuras de acción, libros o tebeos, todo es bien recibido, pero tiene que ser nuevo. Quizá esto llame la atención a más de uno, pero la ilusión de abrir un regalo, algo propio y a estrenar, es una sensación que, a pesar de que uno crezca, no se olvida.
El boca a boca funcionó no solo la primera vez, sino también la segunda cuando Gemma Alonso, de Muíño do Fabal, se enteró. Bajo el lema “cuantos más mejor”, estos establecimientos continuarán con esta iniciativa hasta el próximo día 30.
Estos negocios, asimismo, tienen una función por partida doble ya que, además de receptores, son los primeros que aportan su grano de arena. “Aquellos que ponemos nuestros recursos a disposición del resto siempre acabamos implicándonos. Somos las primeras que pusimos unos juguetes en la caja, también es nuestra forma de colaborar”, comentan las empresarias.
El objetivo, después de varios días de trabajo es muy claro: “llenar un camión lo más grande posible”, sentencia Amil. Para ello, Carolina Castro ya se ha puesto en contacto con las administraciones públicas, que gracias a su status oficial podrían ser la vía perfecta de comunicación con sus Majestades de Oriente. Ahora, con la cabeza puesta en unas fechas tan importantes, llaman a la participación ciudadana.