En el mundo hacen falta más personas como Manolo Piñón. Es empleado de la firma Recinor y oriundo de la parroquia naronesa de San Mateo, que ahora contará, gracias a su trabajo durante años, con una colección muy peculiar. Y es que Piñón ha logrado “rescatar” ediciones escolares del Quijote datadas a principios del siglo XX o tres volúmenes de Historia Universal, una enciclopedia editada en 1876, que ahora reposarán para el deleite de los socios de la entidad vecinal en las estanterías de lo que se convertirá en una flamante biblioteca.
El destino de estos libros no era otro que la destrucción. Piñón lleva años trabajando en este proyecto y atesorando volúmenes que llegaban a las instalaciones de la empresa experta en gestionar residuos. Comenzó con la creación de un pequeño fondo bibliográfico en las propias instalaciones del Grupo Rilo, que posteriormente fue donando a la biblioteca del Ateneo ferrolano por falta de espacio.
En 2016, parte de aquellos ejemplares sirvieron para crear una pequeña exposición que mostró a los visitantes valiosos ejemplares del Padre Feijoo, tales como “Cartas eruditas” (1727) o “Teatro Crítico Universal” (1739). También una edición de “El viejo y el Mar”, de Ernest Hemingway y con ilustraciones, nada más y nada menos, que de Salvador Dalí.
“La sensibilidad de mis jefes en Recinor –primero José Juan Rilo Dopico y más recientemente sus hijos José, Juan y Luis Rilo González-Vallés– y la implicación de mis compañeros en la planta de reciclaje hicieron posible que dedicase muchas horas de mi jornada a esta actividad”, comenta Piñón, quien ha nutrido de libros en los últimos años a asociaciones y entidades como Asfedro, Nuestra Señora de Chamorro o el Círculo de Lectores de O Inferniño, entre otras.
Así pues, la colaboración desde hace unos dos años entre Recinor y la Asociación Veciñal de San Mateo ha permitido que se fuese conformando una biblioteca comunitaria –que abrirá sus puertas, probablemente, después del verano– en la que actualmente hay catalogados más de 1.000 ejemplares y se espera puedan alcanzar los 4.000 volúmenes. Todo un trabajo que Piñón realiza con la colaboración de varios voluntarios de la entidad vecinal.
“Tenemos mucha ilusión por poder iniciar en septiembre u octubre un servicio de préstamo de libros del que puedan disfrutar los socios de la parroquia”, apunta Raquel Fernández, miembro de la entidad vecinal, que asegura que el trabajo más complicado ya se ha realizado.
“Empezamos hace dos años en la pandemia y con obras en el local. Lo gordo ya pasó. El Concello colaboró con nosotros desde el primer momento y nos facilitó mucho la cosas cediendo las estanterías para los libros”, añade Fernández.